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El secreto por Julián Redondo

La Razón
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Ni Mourinho tiene pelos en la lengua, al confesar en la «BBC» que en dos años le gustaría volver a entrenar en Inglaterra –le importa un bledo si hiere la sensibilidad madridista, que ya le aguantó el capricho incumplido de ser seleccionador de Portugal durante diez días–, ni Mariano Rajoy ha dado una sola pista sobre quién será el futuro presidente del Consejo Superior de Deportes.

Misterio es si «Mou» agotará sus cuatro años de contrato –le quedan dos y anuncia su salida– y arcano es el sucesor de Albert Soler en el Consejo. Se habla de José Ramón Lete, de Miriam Blasco, algo de Emilio Butragueño y nada de Manuel Cobo, destino Justicia. Tal es el secretismo en torno al nombramiento que, puestos a enredar y mientras tanto, hay quien se ha atrevido a anunciar la fusión del CSD con el COE (Comité Olímpico Español), lo cual dejaría en el mando único, quizás, a Alejandro Blanco, presidente también de Madrid 2020. Imposible. No es que no pueda ser –por la carga de trabajo–, pero se antoja inviable pese a que hubo un tiempo en que el presidente del Consejo también lo era del Comité, hasta que durante el mandato de Romà Cuyás (1982-87) se optó por votar y elegir entre los miembros del organismo olímpico español y ganó el Duque de Cádiz. El cargo es electo.

Desde entonces, cada uno por su lado, con su presidente respectivo, que en el caso del CSD, institución autónoma adscrita al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, tiene rango de secretario de Estado. La respuesta, el viernes. No queda tanto. Más difícil de predecir es, sin embargo, el futuro de José Mourinho.