París

A sangre fría mientras dormían

La Policía francesa busca desde el viernes al padre de una familia de seis personas, cuya esposa y cuatro hijos murieron a tiros en su domicilio de Nantes, como principal sospechoso de los asesinatos.

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La cadáveres fueron hallados en la noche del jueves, en el interior de sacos con cal viva, y con señales de violencia. El fugitivo dejó pistas que le sitúan al sur del país, cerca de la frontera con Italia, por lo que se ha dictado una orden de detención internacional. El vehículo de Xavier Dupont de Ligonnès, que así se llama el presunto asesino, fue localizado el viernes por la mañana en Roquebrune sur Argens, en el aparcamiento de un hotel de carretera en el que pasó la noche del 14 al 15 de abril, a un millar de kilómetros de su domicilio.

La pista que llevó hasta ese hotel fue la detección de que este hombre de 50 años, considerado de carácter enigmático por sus vecinos y cuya actividad profesional suscita numerosas dudas, fue el que retiró dinero con su tarjeta de crédito en un cajero de esa localidad de la Costa Azul el mismo día 14.

Ante la acumulación de elementos macabros, los investigadores trataban de determinar paralelamente si la presencia de Dupont de Ligonnès en el departamento de Var hace una semana tiene que ver con la desaparición allí de una mujer de 50 años, Colette Deromme, de la que no se tienen noticias desde el mismo día 15. La relación entre ambos casos viene dada también porque los esposos Dupont de Ligonnès, ambos naturales de Versalles, habían vivido en 1992 en Lorgues, la localidad donde residía la mujer desaparecida.

Impactos en la cabeza
Los resultados de las autopsias realizadas en Nantes a la madre (Agnés, de 49 años) y a sus cuatro hijos (Arthur, de 20 años; Thomas, de 18; Anne, de 16, y Benoit, de 13) años) revelan que recibieron impactos de bala en la cabeza con un rifle que pertenecía al padre. Las pruebas forenses señalan que fueron asesinados mientras dormían. Unos meses atrás su padre se había inscrito en un club de tiro. El monitor del centro comentó a la Policía que su alumno estaba muy interesado en el uso de los silenciadores.

Los cuerpos habían sido enterrados dentro de unos sacos con cal viva en la terraza de la casa familiar. Los investigadores se inclinan por la hipótesis de una matanza preparada cuidadosamente. Entre otras pistas, se basan en que el parricida había puesto fin al alquiler del domicilio familiar, y en que el padre había comunicado a diversas personas por carta que pensaban mudarse a Australia.

Cómo crear una cortina de humo
El presunto asesino, al paracer cargado de unas deudas que empezaban a vencer, comenta a sus conocidos la intención de trasladarse con su familia a otro país. A unos les llega a decir que es «un agente secreto, colaborador de la CIA», y que se va acoger a un programa de protección de testigos. Los amigos más cercanos piensan que se mudan para no afrontar los créditos que deben. La madre, seguramente engañada, comunica al colegio de los niños que piensan mudarse a Australia. Pocos días después del anuncio, a primeros de abril, el centro escolar recibe un talón del padre para saldar las cuentas de comedor y actividades extraescolares de los dos hijos pequeños. En el buzón de la vivienda deja un cartel en el que pide al cartero que devuelva las cartas al remitente.