Cataluña
OPINIÓN Otra Loapa
Recentralizar no es la solución. Básicamente porque el problema no son las Autonomías. Últimamente, y al calor del debate sobre el déficit, se intenta de forma lineal y simplista identificar su existencia y el ejercicio de sus competencias constitucionales con un «lujo», cuyo recorte aportaría ahorro y racionalidad. La cantinela de «no podemos soportar 17… lo que sea» se extiende como un mantra que se acompaña de llamadas a resucitar el espíritu de la Loapa (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico), proclamada después del 23-F y que el TC destrozó por ser incompatible con la Carta Magna.
Quizás sea necesario recordar lo obvio. El déficit de todas las administraciones es fruto de la caída de la actividad económica y con ella de los ingresos, y no del exceso de gasto. Si no fuera así, con recortar el despilfarro ya estaría resuelto el problema. Pero los recortes están afectando derechos, como la salud, la educación o la protección social, no a lujos asiáticos. Sin más ingresos, mediante el incremento de impuestos, especialmente a quien más tiene, y de la actividad económica reducir el déficit es insostenible porque «ya toca hueso».
Centralizar no es garantía de eficacia económica. La delegación de la gestión en unidades autónomas con capacidad de decisión para cumplir los objetivos corporativos que se practica en las empresas así lo demuestra. Por eso, evitar despilfarros, sí, todos y a fondo. Incrementar los ingresos, también, pero recentralizar, no. Otra Loapa más que formar parte de la solución sería otro problema.
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