Murcia

Más de 40 jóvenes murcianos han agredido a sus padres

Los agentes también han realizado el seguimiento de otros 501 casos desde la creación de este Equipo.

La concejal de Seguridad y Circulación, Nuria Fuentes, y el inspector jefe de la Policía, Ángel Marín
La concejal de Seguridad y Circulación, Nuria Fuentes, y el inspector jefe de la Policía, Ángel Marínlarazon

MURCIA- El Equipo de Protección y Atención a la Familia (EPAF), puesto en marcha el pasado 9 de octubre, intervino en 214 casos de violencia de género y doméstica en estos diez primeros meses. Estas cifras demuestran la necesidad y el acierto de la puesta en marcha de este equipo especial formado por siete policías voluntarias vestidas de paisano (una cabo, una oficial y cinco agentes).
Asimismo, de los datos obtenidos durante estos diez meses, de los 214 casos en los que intervinieron directamente, 114 fueron por violencia de género y 82 por violencia doméstica. En total fueron 198 las víctimas tanto por violencia de género como por violencia doméstica, aunque fueron 214 las intervenciones puesto que han habido reincidencias.
En cuanto a la relación de la víctima con el agresor, en la violencia de género los casos que más se producen son la actual pareja o el cónyuge, mientras que en la violencia doméstica se realizan más casos de violencia de hijos a padres. El perfil de la víctima en las intervenciones por violencia de género es mujer, de entre 30 y 39 años y de nacionalidad ecuatoriana. Asimismo, el perfil de la víctima en intervenciones por violencia doméstica es mujer, de entre 35 y 45 años y de nacionalidad española. Además, los requerimientos para intervenir en estas agresiones se realizaron por distintos medios, predominando la llamadas de la propia víctima con el 75 por ciento al teléfono de emergencias 112 y 092, seguido de el aviso por parte de los vecinos en un 12 por ciento.
El equipo facilita a las agredidas atención sanitaria y se encarga de trasladarlas a dependencias policiales para que presten declaración o las desplaza hasta un centro de acogida o pisos tutelados para que puedan comenzar una nueva vida. Igualmente, una de las funciones de la unidad es la de vigilar el cumplimiento de las órdenes de alejamiento de los agresores.