Todo huele a podrido

El desempleo es un gravísimo problema en toda España y en Andalucía aún más. Por eso resulta ultrajante que mientras se escatiman 400 euros al mes a los desocupados de larga duración se hayan detectado supuestas irregularidades en Expedientes de Regulación de Empleo, autorizados por la Junta de Andalucía a empresas en crisis como Mercasevilla.
Cada vez parece más evidente que el PSOE ha manejado el Gobierno andaluz a su antojo, como si fuera un cortijo propio, sin respetar las reglas y repartiendo el dinero público de manera arbitraria. Los supuestos hechos sucedidos en torno a estos expedientes ponen en evidencia una política de amiguismo, pues las personas favorecidas por los ERE son militantes socialistas o amigos y familiares de dirigentes de ese partido. Pero toda actitud irregular tiene uno o varios autores y en el caso que nos ocupa, el responsable político de esa comunidad era Manuel Chaves y el consejero de Trabajo, el actual presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Así pues, de momento, ellos deberían dar la cara. De lo contrario, tendrá que ser la Fiscalía Anticorrupción quien actúe contra los culpables de semejante ignominia. Pero lo que resulta más preocupante es la absoluta ausencia de control administrativo que ha permitido transformar la Consejería de Empleo en un coladero para que padres, hermanos, tíos y demás parientes y allegados reciban como regalía dinero público que no les correspondía.