Dónde se ha quedado el efecto Clegg

LONDRES- Nick Clegg fue el gran perdedor de las elecciones en Reino Unido. Con los debates televisivos el líder de los liberaldemócratas había adquirido una popularidad nunca antes vista para una tercera fuerza política. Se le comparó incluso con Churchill y se llegó a vaticinar que su partido cosecharía los mejores resultados desde los años 20. Pero la «cleggmanía» pinchó en el último momento y, aunque la formación incrementó su porcentaje de voto, los escaños conseguidos fueron cinco menos que en los comicios de 2005. Todo un chasco. El propio Clegg reconoció que la noche había sido «decepcionante». «Sencillamente no hemos logrado los resultados que esperábamos», matizó.Muchos advirtieron que el «efecto del tercer hombre» había perdido fuerza en el último careo, donde no tuvo reparos en mostrar su tendencia europeísta y defendió su propuesta de una amnistía para los inmigrantes ilegales. Pero sus fieles guardaron esperanzas hasta el último momento, donde las encuestas les llegaron a situar a la misma altura que los laboristas, con un 28% de apoyo. A pesar de todo, Clegg sigue siendo la clave de los comicios al ser el hombre llave que podría llevar tanto a «tories» como a laboristas al poder. Aunque anoche empezó las negociaciones con el líder «tory «David Cameron y siempre defendió que daría su apoyo al partido más popular y con más escaños, algunos analistas no descartaban un pacto en el último momento con Gordon Brown. Al fin y al cabo, la anécdota del día fue cuando apareció con una corbata roja, en vez de su flamante amarilla. Pero sería especular mucho.Tras proclamarse su victoria en la circunscripción de Sheffield, una de las que dejó a muchos votantes a las puertas por presentarse minutos antes de las diez de la noche –miles de británicos se quedaron sin votar por este motivo–, Clegg dijo que «el resultado final todavía es impredecible» y añadió: «La gente ha votado, pero nadie parece haber ganado claramente».«No creo que nadie deba precipitarse a la hora de reclamar algo o de tomar decisiones que no aguanten el paso del tiempo –dijo– lo mejor es que todos nos tomemos un tiempo para que la gente tenga el buen Gobierno que merece en estos momentos tan difíciles e inciertos. No debemos precipitarnos en la toma de decisiones».Clegg recalcó que pasara lo que pasara los liberaldemócratas se guiarán por los principios de justicia social, de responsabilidad para estabilizar la economía en un momento de crecientes incertidumbres y de cambio político real.