España

Derrota por incomparecencia por Alfonso Merlos

La Razón
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El éxito es rotundo. Parcial pero implacable y estruendoso. El de ETA, se entiende. Casi la mitad de los eventuales consejeros de Bildu tiene nexos con la organización terrorista, como los tiene el 25% de los candidatos por Álava, el 21% de los que concurren por Guipúzcoa y el 29% que manchan con su presencia las planchas de Vizcaya. Paso a paso pero ahí están, y ahora pacientemente a seguir adelante con el proceso: el de su vomitivo avance y triunfo frente al sonrojante retroceso y capitulación del Estado de Derecho.
La exclusiva que hoy revela LA RAZÓN deja a las claras –para nuestro escarnio y vergüenza– que los demócratas hemos sido incapaces de interiorizar y combatir, tras medio siglo de crímenes, el tradicional reparto de papeles entre delincuentes con cuello blanco y con capucha negra. Los unos ayudando a los otros y los otros a los unos. Sin prisa. Y, entre tanto, la violación sistemática y pertinaz del sistema de libertades sin respuesta y sin pena. Al contrario, la presencia institucional de los testaferros de Ternera es plena: local, provincial, en siete días autonómica y, para oprobio de todos, nacional.
Es humillante que los ciudadanos rectos y con sentido de la Justicia tengan que soportar la foto fija ya perpetrada: el premio a los que han exculpado, justificado y propiciado los atentados contra la vida de las personas; la nómina para los que han complementado los asesinatos, las amenazas y la extorsión, y ahora seguirán escribiendo su hoja de ruta desde un escaño.
Digámoslo sin rodeos. España está siendo derrotada una vez más en su lucha contra ETA. Por incomparecencia. De la peor manera. Por su falta de presencia en el lugar en el que se la esperaba. Y eran nada menos que las víctimas del terrorismo las que aguardaban, en su magnanimidad y su coraje, la actuación de unos resortes nacionales que aparecen flácidos o, lo que es peor, directamente rotos.