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Binomios estratégicos por el Dr Bartolomé BELTRÁN
De un tiempo a esta parte, la industria farmacéutica construye relaciones institucionales estratégicas de sus productos más innovadores. Lilly y Boehringer Ingelheim se aliaron para desarrollar nuevos tratamientos contra la diabetes comercializando conjuntamente una cartera de fármacos orales y análogos de insulina basal. Pero no es la única alianza llevada a cabo por Boehringer, que de la mano de Pfizer comercializan Spiriva (tiotropio), un fármaco que reduce el riesgo de presentar exacerbaciones en la EPOC. Una enfermedad que provoca 50 muertes diarias. El objetivo de la campaña difundida por Boheringer y Pfizer consiste en reducir el desconocimiento sobre la EPOC. Faes Farma y Novartis sumaron esfuerzos con la licencia de la molécula indacaterol. El producto se comercializa con la marca Hirobriz Breezhaler.
Menarini y Faes Farma llegaron a un acuerdo para comercializar Bilastina, un medicamento antialérgico no sedante de última generación desarrollado e investigado por la firma española. Rovi alcanzó un acuerdo con Servier para el antidepresivo Thymanax en España. Los Laboratorios de la familia López-Belmonte y la francesa Servier pactaron la comercialización y promoción del antidepresivo Thymanax (agomelatina). Así, Rovi reforzó su apuesta por el área psiquiátrica y ofreció a los especialistas una alternativa para problemas de depresión. Las redes de ventas de cada institución sacan pecho para poder vencer a la compañía que investigó el producto y acordó la licencia para ampliar el mercado. Esa competencia entre corporaciones ayuda a las inversiones en investigación clínica y promueve la formación de los médicos en patologías que en ocasiones cursan silenciosamente.
He querido señalar estos binomios estratégicos que dan una fortaleza a la industria que genera más empleo y preserva el tejido comercial farmacéutico de la España de hoy. Seguro.
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