Libros

Francia

Cenicienta tras el presidio

«El amor de Tony» es, obviamente, una historia de amor, pero ni mucho menos como suele verse en las películas. Los dos protagonistas se necesitan primero y el destino hace todo lo demás después: «Ambos tienen muchos problemas, pero se cuidan», asegura la directora Alix Delaporte.

Cenicienta tras el presidio
Cenicienta tras el presidiolarazon

Habla de Angèle, una mujer que encontramos cuando acaba de salir de la cárcel y a la que le urge la reinserción laboral para poder hacerse con la custodia de su hijo, ahora en manos de sus ex suegros. Él es un buen hombre, sencillo, pescador, que aún comparte casa con su madre. «Los actores proceden del teatro y tienen esa capacidad de jugar entre ellos sin estar pendientes de la cámara», por lo que para ella este debut «ha sido como llevar un Ferrari la primera vez que conduces un coche».

Dueñas, estancada
Durante el rodaje de su debut ha vivido una experiencia insólita, pues logró filmar en el mismo sitio donde ideó la historia, en Normandía, en la zona rural pesquera de la que procede su familia. «La gente actuaba como lo hace normalmente, no interpretaba», confiesa la realizadora, que, además, se rodeó de un equipo técnico que tampoco tenía experiencia cinematográfica alguna: «Nadie estaba allí por dinero, para todos era un desafío, y el ambiente que se respiraba era muy especial», continúa.
En el reparto incluye a Lola Dueñas, de la que dice: «Me encantaría hacer algo más amplio con ella porque lleva lo que uno escribe más allá de lo que puedas imaginar», comenta la directora.
La actriz nos confirma que se ha establecido definitivamente en Francia, que está empeñada en mejorar su idioma y que cree que su futuro está allí, «porque se toman la cultura muy en serio». «En España me sentía estancada –asegura– porque ya había rodado con los directores que soñé y me preguntaba: "¿Y ahora qué"?». Aunque su papel es bastante pequeño, se implicó del todo en él y estuvo muy presente. «He rodado tres películas sin apenas hablar el idioma y toda la gente del medio ha visto no sólo "Volver", sino "Yo, también"», la cinta por la que obtuvo la Concha de Oro de San Sebastián y el Goya como mejor protagonista. Para describir la mala situación que vive nuestra industria ilustra con un ejemplo: los directores de aquella premiada película no encuentran financiación para la próxima.

Ángel redentor
«El amor de Tony». Dirección y guión: Alix Delaporte. Intérpretes: Clotilde Hesme, Grégory Gadebois, Evelyne Didi y Lola Dueñas. Francia, 2009. Duración: 187 minutos. Drama.

 
Hay días que la vida se te tuerce y da la impresión de que ya no hay vuelta atrás. Como le sucede a la protagonista de este filme de principios tan dardennianos, Angèle, que acaba de salir de la cárcel e intenta de manera inútil ganarse de nuevo el cariño de su hijo. Lo que el espectador sabe pronto, y que está desamparada, gracias al duro arranque de la película, durante el cual la joven (interpretada por una notable, arisca y frágil Clotilde Hesme), inexpresiva, practica un sexo muy triste y urgente a cambio de un muñeco para el niño. Porque Angèle tampoco tiene casa ni dinero, ni siquiera el cariño a tiempo completo de nadie. Sólo una bicicleta robada y los vaqueros que lleva puestos. Hasta que aparece un adusto pescador y le demuestra que, muchas veces, hasta el destino puede andar equivocado. «El amor de Tony» es una peliculita pequeña, a retazos poética (la escena de Angèle hablando con una puerta de por medio con el chico), de ambiciones justas y un poco rácana con el público, al que tan poca información del pasado ofrece sobre el personaje central. Al menos, el mensaje que contiene resulta gratificante: en ocasiones, lo verdaderamente importante no es sólo que alguien desnortado encuentre de una vez un lugar en este mundo, sino perdonarse y amar.