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El ex socio de Urdangarín declarará ante el juez el 22 de mayo a petición propia
Diego Torres guardó silencio hace un mes en el juzgado a la espera de conocer el testimonio del duque de Palma
MaDRID- Era sólo cuestión de tiempo y, ayer, Diego Torres finalmente deshojó la margarita. El ex socio de Iñaki Urdangarín solicitó al juez José Castro a primera hora de la mañana a través de su abogado, Manuel González Peeters, su disposición a declarar. Hace un mes, el pasado día 11, se negó a hacerlo a la espera de conocer el testimonio del duque de Palma ante el instructor.
Una vez analizado al detalle, Torres quiere rebatir la versión de Urdangarín de que era su socio quien tomaba las decisiones mientras él se limitaba a meras labores de representación. Castro no ha necesitado mucho tiempo para hacerle un hueco en la agenda de citaciones y ya le ha emplazado el próximo 22 de mayo a las nueve y media de la mañana. La declaración de Torres y las presumibles contradicciones con la versión ofrecida por el duque de Palma pueden incluso determinar al juez a acordar la celebración de un careo entre ambos. Castro rechazó recientemente esa posibilidad, pero dejó una puerta abierta en función de cómo discurriese la declaración pendiente de Torres. Cuando ésta se produzca, y en función de las contradicciones existentes, será el momento de valorar de nuevo si procede o no celebrar un careo.
Urdangarín señaló a su ex socio como la persona que tomaba las decisiones en el Instituto Nóos, según la Fiscalía el epicentro de una trama empresarial que habría desviado 5,8 millones de dinero público, y que él se limitaba a «diseñar los planes comerciales» y a encargarse de «las relaciones institucionales a gran nivel». Sin embargo, Torres declaró a la Policía en noviembre del pasado año que las funciones de Urdangarín eran «la Presidencia con capacidad ejecutiva de toma de decisiones», precisando que algunas de ellas «las tomaba directamente» el propio Urdangarín y otras «eran compartidas».
Relación «inexistente»
Otro de los imputados, el ex contable de Nóos Miguel Tejeiro, afirmó al juez que eran Urdangarín y Torres los que decidían en esa sociedad, mientras que Miguel Zorio, dueño de la empresa Lobby Comunicación, aseguró que ambos disponían de idéntica capacidad de decisión en Nóos.
El duque de Palma manifestó al instructor que sus relaciones con Torres son «inexistentes» desde julio de 2008 por la «disparidad de criterios» sobre proyectos y facturaciones y el «mal feeling» de la relación (llegó a decir que le robaba). Eso no le impidió definirlo como «un profesional muy capaz, un buen maestro en la escuela de negocio, metódico, trabajador» y «alguien de quien aprender».
Urdangarín explicó al juez que en marzo de 2006 la Casa del Rey le aconsejó a través de su asesor legal, José Manuel Romero, que se alejase de Diego Torres y de sus negocios con Administraciones públicas. Pero después de esa fecha, medió para que Nóos cobrara una deuda con el Gobierno balear y compartió una nueva aventura empresarial con Torres en el consejo asesor de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social. Urdangarín se justificó diciendo que se trató de una relación meramente episódica y que entendió que de esa forma no incumplía el mandato real.
En su última resolución, el juez Castro llega a la conclusión de que «tal desvinculación no se produjo» y no da crédito al hecho de que el duque de Palma sólo realizase funciones de representación.
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