Cameron se examina en las urnas

David Cameron atraviesa su peor momento. Son demasiados frentes los que tiene abiertos y la polémica con el titular de Cultura, Jeremy Hunt, pasó ayer a un punto tan crítico que le llevó a dar explicaciones en el Parlamento. Su intervención no pudo ser más tensa. El «tory» se mostró de lo más incómodo, pero, pese a la presión recibida, rechazó poner en marcha una investigación interna para examinar si su fiel ministro violó el código de conducta en sus relaciones con el imperio Murdoch. News Corporation, que ostenta el 39 % del canal de pago BSkyB, tuvo que abandonar en julio de 2011 su oferta de compra para controlarlo al cien por cien tras estallar el escándalo de las escuchas telefónicas ilegales en sus periódicos británicos. Durante la investigación de este caso por parte de la comisión presidida por el juez Brian Leveson, se reveló que un asesor de Hunt, Adam Smith, se había comunicado con colegas en News Corporation indicando que el ministro apoyaba la opa. El «premier» es consciente de que el episodio está mermando su popularidad. La dimisión del ministro de Cultura, Deportes y Medios a escasos dos meses de la celebración de los Juegos Olímpicos de Londres supondría un auténtico escándalo, pero lo cierto es que tanta protección está pasando factura al primer ministro, que atraviesa la peor crisis desde que llegó a Downing Street. Las medidas anunciadas en el Presupuesto y la entrada de nuevo del país en recesión han hecho que el apoyo a los conservadores haya caído a su nivel más bajo desde 2004. La ventaja de 23 puntos que Cameron sacaba a Ed Miliband, líder de la oposición, se ha reducido a tan sólo siete en una semana. Desde los peores tiempos de Gordon Brown no se vivía un momento tan delicado.
El jueves tienen lugar las elecciones locales y, aparte de la alcaldía de Londres –sede de los Juegos para este verano– los «tories» se juegan varios municipios que nadie da hoy por ganados. Las últimas encuestas revelan que los votantes conservadores han perdido la confianza en el de Eton y apuestan cada vez más por el Partido Independiente Británico (UKIP), que tiene como objetivo sacar a Reino Unido de la UE.