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Un Atlético con sentimiento
Simeone quiere que el Atlético de Madrid sea «fuerte, aguerrido, contragolpeador». Quiere que sea el Atlético de toda la vida, el que aprendió a amar en su primera etapa como jugador, el que le hizo regresar, primero al césped y ahora, al banquillo
Madrid- El «Cholo» quiere un Atlético con sentimiento, el mismo que él ponía cuando vestía la rojiblanca. Tiene la ventaja del cariño de la grada. Ayer, época de vacaciones, de compras navideñas en la tienda del club y de visitas al estadio, el Calderón añadía para sus aficionados el atractivo de la presentación del «Cholo», un ídolo del equipo del doblete, uno de los suyos. Como el «Mono» Burgos, Germán en las palabras del nuevo entrenador, que llega como ayudante de Simeone. Al «Cholo», además, lo arropaba ayer su familia. Su hermana Natalia, que ejerce de representante, y sus hijos, Giovani, –el mayor, que juega en las inferiores de River–, Gianluca y Giuliano. Faltaba su esposa, Carolina, que también llegó con él a Madrid.
Simeone, como hacía Quique Sánchez Flores, se olvida del «yo» cuando habla. Y utiliza el «nosotros». Ahí incluye a sus ayudantes, al «Mono» y al preparador físico, Óscar Ortega. Pero a veces ese «nosotros» es él solo. Utiliza el plural cuando se refiere a su etapa como jugador. «Cuando nos marchamos para terminar nuestra etapa como futbolistas en Argentina, sabíamos que uno de los objetivos era volver al Atlético como entrenador y eso se ha dado. Vamos a ponerle toda la ilusión, el trabajo y las características que siempre nos han marcado como futbolistas y sobre todo como entrenadores», advierte. Por eso, Simeone no habla de tácticas, no habla de estilos más allá del contraataque. Habla de garra, de ganas y de coraje. De sentimiento.
Para presentarlo, el Atlético se olvidó de los espectáculos veraniegos con Gonzalo Miró al micrófono, y regresó al método tradicional, con el presidente, Enrique Cerezo, a un lado y el director deportivo, José Luis Pérez Caminero, al otro. «Todos sabéis a lo que hemos venido», decía Cerezo en el comienzo del acto, con esa naturalidad que suele dar a los actos por solemnes que sean.
No cabía nadie más en la sala Vip del Vicente Calderón. Parecía la presentación de un futbolista estrella. Simeone ya no juega al fútbol, ahora dirige, pero sigue teniendo la misma fuerza entre los seguidores rojiblancos. «La responsabilidad para mí es enorme, pero no me asusta, al revés, me entusiasma. Las situaciones que generan desafíos son lindas, y éste es un gran desafío», reconoce. Simeone no pidió refuerzos, tampoco aclaró la situación de José Antonio Reyes. «Me gustan jugadores que quieran estar donde trabajan y sientan el lugar en el que están», asegura. Reyes decide. Al andaluz, como a todos, le pide compromiso. El Atlético conoce a Simeone, pero el «Cholo» también conoce a su afición. Por eso dice lo que quiere oír al público y por eso le ha fichado el Atlético.
Simeone sabe que se pone en duda su conocimiento del campeonato español en la actualidad. Y por eso enumeró, sin que nadie le pidiera nombres, a casi todos los futbolistas de la plantilla rojiblanca. Empezó por los de arriba, por Diego, Arda, Adrián, Falcao –con el que coincidió en el Oporto–, y terminó por los de atrás. Todos son buenos en palabras del «Cholo», que no quiere que el Atlético se divida más aún.
El nuevo preparador rojiblanco no quiere marcarse metas, pero tiene el modelo de Quique Sánchez Flores, que ganó dos títulos y llegó a otra final hace apenas año y medio. «Estos seis meses no han sido lo mejor, pero no hace tanto este equipo ganaba títulos», reconoce. Para eso ha llegado Simeone, para que el equipo vuelva a ganar, como hizo con Estudiantes y con River en su primera temporada, aunque no le fuera tan bien en la siguiente. Al menos, el Atlético sabe que es uno de los suyos.
ENEMIGOS ÍNTIMOS
El fútbol provoca extrañas parejas, enemigos obligados a reconciliarse por un objetivo común. Parejas como la que formaron Mourinho y Valdano en el Real Madrid. El argentino, en su época de columnista de prensa, atacó varias veces el estilo del portugués. Después, fue él quien lo presentó como entrenador del Madrid y se vio casi obligado a pedir perdón por las palabras escritas. De nada le sirvió, porque no completaron juntos la primera temporada.Caminero y Simeone nunca fueron amigos y, sin embargo, ahora se ven obligados a reencontrarse. «Hay compañeros con los que sales a cenar y haces amistad», reconoce el «Cholo». «Con José Luis no salíamos a cenar, pero nos unía un objetivo común, que era ganar». Ese mismo objetivo es el que les une ahora en su reencuentro rojiblanco. «Que tenga mucha suerte porque su suerte es la nuestra. Ojalá que tengamos Simeone para mucho tiempo», reconoció Caminero, aunque su cara decía que tenía ganas de salir de allí cuanto antes.
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