Sin política energética

Seis años y unos meses después de que Z llegase al poder, bien puede decirse que no tenemos política energética, un sector estratégico del que depende además una parte importante de la competitividad de las empresas y de los bienes españoles destinados a la exportación. Los sucesivos Gobiernos socialistas llevan todo este tiempo dando palos de ciego y soportando las intromisiones de Zapatero en asuntos clave como las nucleares. En el caso de las fotovoltaicas es verdad que se han cometido excesos, que se han puesto de manifiesto en lo atractiva que ha resultado la inversión en estas energías. También aquí se han creado burbujas y es necesario poner coto al desaguisado. Ahora bien, ¿es la mejor manera aplicar con carácter retroactivo un recorte de las primas o de los apoyos que se han concedido? Hay quien dice que es la única forma de poner un poco de orden. Pero son muchos los que sostienen que se crearía un precedente de inseguridad jurídica, que afectaría muy negativamente a la imagen y credibilidad de España, ya muy mermada en el exterior. Total, que estamos ante una papeleta de muy difícil solución. Como en otros muchos asuntos el Gobierno se ha ido metiendo en todos los charcos que ha encontrado. Al final, el balance es que seguimos sin tener una política energética clara y definida. ¡Después de seis años y pico!