Villa de Vallecas
Prende fuego a su bar para cobrar el seguro
La Policía detiene a tres personas en Vallecas por simular un incendio
MADRID- Agentes de la Policía Nacional han detenido al dueño del Bar Maqueda –calle Gerardo Diego, 7– A. V. L., de 47 años de edad, por incendiar su local con un único objetivo: cobrar una indemnización. El suceso ocurrió el pasado 25 de abril, cuando, según las diligencias policiales, sus amigos F. E. S., de 37 años, y M. L., de 31, pasearon cerca del establecimiento y entraron al ver las luces encendidas; en ese mismo momento se vieron sorprendidos por una explosión.
En el incendio resultaron heridos de gravedad –quemaduras del 60 por ciento en el cuerpo– dos de las personas que provocaron el fuego, además de cuatro vecinos que vivían en el mismo edificio. Debido a esta temerdidad, una vecina de 96 años de edad tuvo que ser hospitalizada.
A raíz del ingreso hospitalario en el Gregorio Marañón de dos personas, los miembros de la Policía Judicial de la Comisaría de distrito de Villa de Vallecas iniciaron las investigaciones. Presentaban unas quemaduras importantes y nunca ofrecieron una explicación lógica de lo ocurrido. Es más, en un primer momento, fuentes hospitalarias informaron de que el suceso podía deberse a un «ajuste de cuentas entre individuos que frecuentaban el poblado marginal de la Cañada Real».
Un elemento más que puso en duda la versión de los detenidos, y que apunta su clara intención de desvincularse de lo sucedido, es que, tras haber sido víctimas del incendio, en lugar de asistir a un hospital o avisar de lo sucedido a una ambulancia, fueron al domicilio de uno de ellos. Posteriormente, dada la gravedad de sus heridas, fueron trasladados por un vecino a un centro sanitario.
Quemaduras en el 60% del cuerpo
Los agentes pudieron constatar que los diversos informes periciales ponían de manifiesto que «ni el cierre metálico del local ni la puerta presentaban fractura o imperfectos de ningún tipo. Además, la alarma del establecimiento en ningún momento fue activada» y, según miembros del cuerpo de Bomberos, se habían «empleado acelerantes» –por acelerantes en un incendio se entienden aquellas sustancias que por su alta velocidad de combustión favorecen la ignicion de otras de menor combustibilidad y aceleran la propagación del mismo–. Asimismo, el propietario aseguró ser «el único que posee las llaves», por lo que desestimaron sus sospechas de que se tratara de un robo.
Además, el dueño, A. V. L., solicitó «inmediatamente una indemnización a la aseguradora muy poco acorde con la realidad del mercado», según fuentes policiales. Todo esto, unido a la «manifiesta amistad que les unía y a la situación de deudas que embargaba a A. V. L.», llevó a los agentes policiales a sostener que «el incendio que había puesto en grave peligro a varias personas era fruto de un acuerdo entre ellos con el único objeto de percibir una indemnización por el seguro» que no cobrarán porque serán juzgados por estafa.
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