Marta Tafalla : «Nací sin olfato pero no es ningún trauma»

-¿«Nunca sabrás a qué huele Bagdad» es una novela autobiográfica?-Sólo en que la protagonista tiene la misma enfermedad que yo, la anosmia; es decir, la falta de olfato, lo demás es ficción. Los personajes son imaginarios y la niña sobre la que gira toda la trama, por suerte para ella, tiene una vida bastante más entretenida que la mía.-Me habla de anosmia, la falta de olfato, una enfermedad poco común. ¿Cuánta gente la padece en España?-Se habla de un dos por ciento de la población. -¿Y no huele nada?-Nada, ni bueno ni malo. Incluso me resulta casi exótico o fabuloso que los alimentos o las flores emanen una sustancia capaz de crear sensaciones que yo no he tenido jamás. -Es una enfermedad endógena o exógena?-En mi caso genética, porque no he olido nunca, pero sé que hay gente que se ha quedado sin olfato porque han tenido enfermedades en las vías respiratorias o, incluso, por un traumatismo craneoencefálico. Lo que me ha dicho esta gente que olió alguna vez y que dejó de hacerlo es que para ellos se convirtió en un trauma muy importante. Para mí, lógicamente, no. -En la novela habla de las complicaciones que pasa una niña cuando se da cuenta de su enfermedad. ¿Usted también las vivió?-Sí, sobre todo en la adolescencia. Te genera desconcierto porque ves cómo tus amigas van a comprar perfúmenes o maquillajes, tú no lo entiendes y te encuentras fuera de la película.-¿Esa falta de olfato le afecta al sentido del gusto?- El gusto lo tengo bien, pero hay que tener en cuenta que este sentido sólo sirve para distinguir lo dulce de lo salado y lo amargo de lo ácido, lo que llamamos sabor es una mezcla del gusto y el olfato. Esto hace que yo tome un té y, sea del tipo que sea, sólo me sabe a agua caliente; con el vino me pasa algo parecido. Recuerdo que la primera vez que me tomé una copa no entendía nada porque fue como si bebiera agua. -¿Y los recuerdos que van unidos a los olores?-No los tengo, y me da pena no tener ese tipo de memoria. -Su novela la ha publicado la Universidad Autónoma de Barcelona. Es raro que la Universidad edite una obra de ficción.-Estoy muy contenta de que la editorial de la universidad me haya publicado la novela. Me parece positivo que la cuna de la docencia no se limite a publicar diccionarios y manuales sino que también produzca otro tipo de trabajos. -Usted es una gran defensora de los animales. ¿Puede ser porque no los huele?-Vivo en una casa que tiene un patio y alguna vez aparecen gatos y marcan su territorio. Lo curioso es que alguna visita me ha preguntado por el gato y me he extrañado porque no tengo, pero su olor sí estaba allí. A vuela plumaUna niña que no tiene olfato, el cuento de las mil y una noches y el viaje imposible al mundo de las especias y los perfúmenes de oriente son los ingredientes de «Nunca sabrás a qué huele Bagdad», la última novela de Marta Tafalla, una profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona que nos deleita con esta historia que nos ayuda a comprender mejor la anosmia, la enfermedad de los que no huelen.