Eduardo Gallo: «Da igual el ambiente Pamplona se entrega»

Ausente desde 2006, Eduardo Gallo regresa mañana a San Fermín como lo hizo la última vez: anunciado el Día del Patrón. Su notable paso por Las Ventas, en dos tardes muy para el aficionado, ha relanzado la carrera del charro, más cuajado y maduro que nunca.

–Llega con buen ambiente después del aldabonazo en Madrid.
–Sí, inmejorable. La gente tiene ganas de verme torear, de corroborar las sensaciones que dejé en mayo y yo me encuentro en buen momento. No he parado de torear y hacer campo; esta misma semana he apurado la preparación matando toros excepcionales en La Quinta y Torrestrella. Creo que estoy preparado para este envite.

–Seis años sin pisar Pamplona.
–Más de los que me hubiera gustado... Tengo mucha ilusión por ir a San Fermín. La última vez que fui, también eché un buen San Isidro y luego corté una oreja a un toro del Marqués de Domecq en Pamplona, ojalá se repita la historia.

–El ambiente es distinto a cualquier otra feria, ¿siente que, en ocasiones, el público es poco respetuoso con los de luces?
–No. Está claro que la atmósfera es diferente y la gente tiene más ganas de fiesta que en otros lugares, pero cuando hay faena en el ruedo, da igual, sabe darle importancia y entregarse. Hay que ser uno mismo, fiel a tu concepto, estés donde estés.

–¿Esa mentalidad fue el secreto del éxito el pasado San Isidro?
–Sin duda. Era tarde de cartucho. De sí o sí. Llegué con sólo Madrid firmado. La situación era difícil y sigue estando difícil, pero si no hubiera arreado esas tardes, con el toro y la exigencia de Madrid, no haría mañana el paseíllo en Pamplona ni en agosto en Bilbao.

–Piano, piano.
–En este caso, tarde a tarde.

–Llaves que abran nuevas puertas.
–Ahora sólo pienso en San Fermín y, cuando pase, Estella que es la siguiente. Y luego, Tafalla. Da igual si es feria grande o no. Sería un necio si pienso ya sólo en Bilbao, porque es plaza de primera. El contexto no lo permite, no estoy afianzado.

–Recuerdo unas declaraciones suyas en las que afirmaba que valora «más que nunca» anunciarse en las ferias importantes.
–Antes no salía de esa inercia, ir era hasta rutinario. Cuando tienes un parón como el que he tenido, lo valoras más. Es duro estar en casa y ver las ferias por la televisión, sólo así ponderas lo que tienes.

–Y, entonces, Gallo despertó.
–Maduré. Como torero y como persona. Para triunfar sí es imprescindible, pero pienso que, para demostrar el momento que atravieso, tal como estoy ahora mismo, no necesito del toro soñado.

–¿Y qué toro cría Dolores Aguirre?
–Pues ha echado toros soñados, que le pregunten a Joselillo o El Califa... Recuerdo su faena a un toro de este hierro siendo yo un chavalillo en la escuela. Es mi debut con esta divisa, a ver si me da suerte.

–Como dijo antes, el escalafón está más caro que nunca. ¿Se ve echando raíces en estas divisas?
–No tengo prejuicios, ni distingo entre hierros duros y comerciales. Sólo entre los que embisten y los que no. El toro de Dolores Aguirre tiene movilidad y aquí ha traído animales muy buenos. Cuando te apuntas a una ganadería no sabes lo que hay, sólo que sus toros tienen orejas que cortar.