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CRÍTICA DE CINE / «Torrente 4 Lethal crisis»: No hay quinto malo

Dirección: Santiago Segura.Intérpretes: Santiago Segura, Kiko Rivera, Francisco, Carmen Martínez-Bordiú, Belén Esteban, Ana Obregón, etc. España, 2011. Duración: 95 minutos. Comedia.

«Torrente 4. Lethal crisis»: No hay quinto malo
«Torrente 4. Lethal crisis»: No hay quinto malolarazon

Santiago Segura ama a Torrente. Aunque se trate de un mastuerzo, de un bestia amoral, de un zoquete mezquino y grosero que le da muy bien de comer, por cierto. Y a su público, sobre todo. No quiere Segura reconocerlo, porque el cine con mensaje le da un poco de pereza, pero Torrente anda jodido por la crisis, de la que, sin embargo, sale más fuerte que un roble. No es raro. Por eso escarba en la basura para comer cordero rancio mientras unos niños le enseñan la navaja, por eso visita la tumba de El Fary y le dice que no iba a conocer el país minutos antes de que le sobrevenga una grave descomposición de vientre casi en las mismísimas narices de Ana Obregón. Segura tampoco engaña a nadie. Prepárese, entonces, para este recital no precisamente poético de chistes escatológicos, de groserías sin límite, de cameos inauditos, de alguna escena subida de tono (que evoca al cine del destape español de los 70, Fernando Esteso incluido) y de riadas de extras famosillos, que, no obstante, han conseguido levantar el vuelo de la saga, al límite de la extrema unción por culpa de la tercera entrega. Y en 3D nada menos las balas, una vomitona que da auténtico asco, la barriga descomunal de Torrente, las persecuciones de coches que tanto le gustan, el niño Paquirrín (inexperto, pero muy divertido), Belén Esteban, Kiko Matamoros (qué bien interpreta a un presidiario) y la madre del cordero. La historia, tan disparatada como las anteriores, vuelve a tener sentido, porque todo está al servicio, otra vez, de la oronda figura de este desastroso policía, una muy acertada decisión del cineasta, que en la anterior película olvidó a su personaje en medio de aquella marabunta de personajillos y argumental. Segura volverá a ponerse las botas y hasta un traje de franela si le apuran. No hay quinto malo, dicen algunos, y apuesten lo que quieran a que entre ellos está él.