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La abundancia de agua dulce en Israel propició la dispersión del Homo sapiens

La abundancia de agua dulce en la región que comprende la bahía de Eilat, en el sur de Israel y limítrofe con Jordania y Egipto, propició la dispersión del Homo sapiens del continente africano hacia Europa y Asia, según un estudio elaborado por geólogos israelíes.

La nueva investigación, de la que da cuenta hoy el diario "Haaretz", señala que hace más de 100.000 años la región en torno a la bahía de Eilat, a orillas del Mar Rojo, era bañada por fuentes de agua dulce, lo que aparentemente facilitó al hombre moderno (Homo sapiens) subsistir y emigrar posteriormente de esta árida región en dirección a Asia y Europa.

El estudio fue conducido por el profesor Boaz Lazar, del Instituto de Ciencias de la Tierra en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y el geólogo Moti Stein, del centro de Investigación Geológica de Israel, que desarrollaron sus investigaciones en una zona al sur de la ciudad jordana de Aqaba.

Allí estudiaron los cambios que tuvieron lugar en un arrecife de coral que se alzó sobre el nivel del mar hace miles de años y se transformó en un coral fósil.

Las conclusiones de la investigación fueron publicadas recientemente en la revista especializada "Geology".

Según Stein, la importancia del estudio de los fósiles de coral estriba en que es posible extraer de ellos información sobre su edad y los cambios que ocurrieron en el nivel del mar durante distintos períodos.

Existen arrecifes en la bahía de Eilat que en la actualidad se encuentran sobre el nivel del mar y que quedaron varados sobre tierra firme debido a una serie de terremotos que sacudieron la región hace miles de años y crearon la plataforma del Mar Muerto.

Los corales son animales marinos que emplean varias sustancias para construir su esqueleto, con el que se forma el arrecife.

Los que viven en un entorno marino salino generalmente están compuestos por un mineral conocido como aragonita.

Sin embargo, estudios anteriores revelaron que cuando los arrecifes entran en contacto con aguas dulces, la aragonita experimenta un proceso de re-cristalización para convertirse en el mineral de la calcita.

"A lo largo de los años nos dimos cuenta de que muchos de los corales en la zona de la bahía de Eilat estaban compuestos de calcita", explicó Stein.

En opinión del geólogo, "esto indica que en algún momento entraron en contacto con aguas dulces, y eso por supuesto es inusual en una región considerada como una de las más áridas del planeta".

Los investigadores israelíes estiman que los corales entraron en contacto con el agua dulce hace unos 140.000 años, durante lo que se conoce como período interglaciar.

Este lapso de tiempo corresponde, según estudios antropológicos y arqueológicos, a aquel en el que el Homo sapiens comenzó a emigrar de África a otros continentes y permitió la dispersión y asentamiento del ser humano.

"Sabemos que durante este período había gran cantidad de lluvia en esta región, y suponemos que se formaron embalses de aguas subterráneas que fluían hacia el mar y estuvieron en contacto con los corales provocando los cambios que en ellos se produjeron", añadió Stein.

Esas circunstancias llevaron a los investigadores a concluir "que esas aguas también sirvieron a los seres humanos que llegaron a esta zona permitiéndoles subsistir en el entorno", afirmó.