Moda

Versace regresa del exilio

La firma italiana vuelve a desfilar en la semana de la alta costura de París después de ocho años de ausencia

Versace regresa del exilio
Versace regresa del exiliolarazon

Hace ocho años Donatella Versace cogió las maletas porque tocaba apretarse el cinturón y se fue de París. Lo hizo con billete de vuelta, el que utilizó ayer con alguna belina evocada en sus diseños en verde lima, rojo coral y amarillo limón. Seis vestidos ácidos con aire Star Treck que combinó con otras nueve propuestas bicolores. ¿Sólo quince salidas? Y son suficientes para el regreso a la alta costura francesa. Así se ahorra caer en el mismo error varias veces. Porque los vestidos ácidos con ese juego de curvas entre pedrerías y lentejuelas tenían poco de novedoso y la puntilla chocaba con tanto futurismo. Más mérito tenían las sandalias con tacón para soportar no más de tres minutos con el empeine protegido por un escudo.

Retorno de relumbrón –no es un elogio– a un club selecto en el que sólo tienen sitio once de aquí al jueves, cuyos nombres son familiares, no así sus precios: Armani , Elie Saab, Valentino, Chanel, Givenchy, Dior... Y no se olviden de Jean-Paul Gaultier, que ahora sabe a español por aquello de que la firma Puig controlará el parné.

Una duda: ¿plagiarse a uno mismo no es delito? Válgame Dior. Pecata minuta, sobre todo cuando se tiene un archivo de aúpa, se ha perdido a un Galliano –sigue en paradero desconocido– y se espera a un Marc Jacobs que no llega. Ni llegará. Ahora en la quiniela de futuribles se habla del galo Haider Ackermann y de Raf Simons, director artístico de Jil Sander. Con un año de vacío de poder, en la casa francesa han aprendido a nadar y guardar la ropa. Nada de experimentos, que ya se les puso la cara colorada hace unos meses sobre la pasarela en un alarde de florituras sin base alguna. Lección aprendida en el repaso de ayer a las colecciones de los 50, una copia reinventada por Bill Gaytten –otrora mano derecha del defenestrado que ahora saca como puede las colecciones–, y nace una colección que pasa el corte. De hecho hay quien afirma que para buscar un estrellón fuera, mejor quedarse con el que ya está domesticado dentro.


Revival sin flecos de Dior
Cintura marcada, la organza y el crep de seda como punto de partida para lograr volúmenes con aires principescos en rojos fruncidos, o con inspiración floral cuando tornan en beiges, blancos y negros. Estas son las pinceladas básicas del lienzo «revival» de Dior. Especialmente trabajados mostró Gaytten los tonos plomizos que se vieron en los salones de la firma en la Avenida Montaigne donde tuvo lugar el pase pose de alta costura. Dos largos: a la rodilla para el cóctel, y con el punto justo de arrastre, para la alfombra roja. Se paga lo que se tiene: calidad en el tejido y cortes clásicos que nunca fallan.