La comisión por Lucas Haurie

Les Luthiers, encarnando Marcos Mundstock y Daniel Rabinovich a dos políticos en el Gobierno desde varias décadas atrás: «Es un privilegio participar en esta importante comisión. Hasta ahora, sólo habíamos tenido el privilegio de cobrar importantes comisiones». Provoca hilaridad este número de los humoristas argentinos titulado, justamente, «La comisión». Como mueve a la risa (de los comparecientes) el numerito montado en el Parlamento. Risa chusquera y desvergonzada de Magdalena Álvarez; sonrisa despistada y bobalicona de Manuel Chaves; y mueca conmiserativa, de superioridad, propia de quien aguanta el chiste del niño de la criada, de José Antonio Griñán. Distingue a ambas comisiones su relación con la inteligencia, pues la de allá la homenajea y la de aquí la insulta. No se enteraron de la distracción de cientos de millones de euros, dicen, así que ciérrese la pantomima. Caiga el telón sobre la farsa y vuelvan los bufones a sus quehaceres consuetudinarios, el estricto «dolce far niente». ¿Alguien esperaba algo? No, y menos que nadie la presidencia: esos fariseos de Izquierda Unida que olvidaron cualquier afán de transparencia en cuanto hincaron su colmillo en el presupuesto. ¿Es menos despreciable la tournée delictuosa de Sánchez Gordillo que la arrobada sumisión de Valderas ante los saqueadores? Decida el lector. Conclusiones: desde la sede de la soberanía popular quedará bendecido el desmán. Será cierto que tenemos lo que nos merecemos: el 35 por ciento de paro.