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Cazan todos

La Razón
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Marcelo llegó en invierno en un paquete facturado con urgencia, con Gago e Higuaín. Dado que cualquier jugador que ficha el Real Madrid es recibido con bandera, banda y música –algunos hasta con alfombra roja, y se ha dado el caso– se empezó a decir que había llegado el otro Roberto Carlos. Le hicieron una faena porque ha tardado tres años en ganarse respeto. En la pasada temporada se criticaba a Manuel Pellegrini porque lo alineaba. José Mourinho, a quien no se discuten las decisiones, piensa la mismo y confía en el brasileño. Ha llegado a decir que está enamorado de él.
El primer gol del Madrid fue producto del fútbol directo no exento de preciosismo. Empezó con un toque de tacón de Cristiano Ronaldo y Marcelo cruzó la pelota al lado derecho, por donde llegó Özil, sin que nadie le molestara, y batió a Leo Franco. El pase de Marcelo no fue el primero de la temporada. El lateral los da con frecuencia y además de llegar con el balón hasta el final del campo y cederlo al área en disposición de ser rematado, de vez en cuando dispara a gol como un auténtico extremo. El problema de los Marcelo es que en el Madrid el protagonismo permanente pertenece a Cristiano Ronaldo y parece que los demás no están. Ronaldo es prepotente y a veces maleducado, pero marca goles de bandera como el que hizo ayer de libre directo. Los Marcelo se han de hacer a la idea de que el guapo es el portugués. Los demás son actores de reparto.
El Madrid, por lo que dice Mourinho, tiene un problema sobre la caza. Lo importante no es el color del gato, sino que cace ratones. Y en el Madrid cazan todos.