Barcelona

El cambio en Barcelona ahora o nunca

Si no gana al tercer intento deja huérfano el proyecto de CiU. 

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Xavier Trias ha tenido que enfrentarse en todas las entrevistas que ha hecho esta campaña (más de 50) a la misma pregunta, con quién pactará. Se ha hecho un hartazgo de responder que quiere gobernar «solo», que no tiene preferencia por ningún aliado, aunque no llegue a los 21 concejales que le darían la mayoría absoluta. Con la confianza de que las encuestas le dan la victoria, Trias y los suyos se han movido durante la campaña con la frescura de quien se siente ganador. Pero lo que nadie le ha preguntado es qué hará si pierde. Después de estar en el primer plano político –en la Generalitat y en el Congreso–, en 2003, aterrizó en Barcelona. Recuerda que la gente le decía que su partido lo enviaba a la capital catalana «para enterrarlo», como pasó con sus precedesores, Miquel Roca, Josep Maria Culell o Joaquim Molins. Pero Trias llegó con el compromiso de quedarse doce años «picando piedra». Han pasado ocho. Le quedan cuatro. En 2003, CiU afrontó el mandato con el menor número de concejales desde 1979, en 2007, se quedó a dos concejales de empatar con el PSC y ahora Trias acaricia el objetivo que se le ha resistido a CiU 32 años, la capital de Cataluña. A una edad en que unos se jubilan (64), Trias aspira a gobernar Barcelona en un contexto complicado, con el fardo de la crisis.