Valencia

El colorista «Mundo luminoso» de Willy Ramos inunda de luz Murcia

La sala El Martillo de CAM y el Palacio Almudí acogen una completa retrospectiva del artista colombiano con obras de 1979 a 2009

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MURCIA- La sala de exposiciones El Martillo de CAM y el Palacio Almudí abrieron ayer sus puertas con el «Mundo luminoso» de Willy Ramos. En forma de una gran retrospectiva (la primera del artista en España) la exposición, que se podrá descubrir hasta el próximo 10 de julio, se compone de sesenta obras del creador colombiano afincado en Valencia.

Durante la presentación, el artista, que estuvo acompañado por el concejal de Fiestas y Cultura Popular, Rafael Gómez; el comisario de la muestra, Juan Manuel Bonet y el presidente territorial de Caja Mediterráneo, Ángel Martínez, explicó que «Murcia es una ciudad importante en mi vida porque mi mujer es de aquí y porque en este lugar he vivido cinco años». Por ello, continuó, «traer esta exposición a la Región me hace sentir como un niño con zapatos nuevos».

Respecto a su «particular mundo», Ramos se definió como alguien «normal y corriente que pinta lo que le apetece, con gran capacidad de abstracción y que coge las cosas buenas de la vida». «Mi vida consiste en levantarme, pasear el perro, trabajar y pintar». Aunque se mostró consciente de vivir en un mundo en el que «no escasean los problemas», reconoció que cuando llega al estudio, los cuadros le atrapan y se pone a trabajar. Tanto es así, añadió, que «mi mujer y mis hijas dicen que soy autista. Me meto al estudio y estoy como en otro mundo». Compuesta por óleos, dibujos y acuarelas, que van desde el año 1979 hasta 2009, la exposición propone un recorrido por la obra pictórica del artista, sustancialmente expresionista, que empezó su carrera en clave abstracta y gestual. Sin embargo, Bonet, ex-director del Museo Reina Sofía y del IVAM, explicó que Ramos dejó tempranamente atrás ese tipo de planteamientos, en los que coincidió con Juan Uslé y otros de sus condiscípulos, para hacerse fuerte en una poética personal que hunde sus raíces en el tiempo auroral del arte moderno y, más concretamente, en la alegría de vivir de Henri Matisse, Albert Marquet, Raoul Dufy o Francisco Bores.

El bodegón, a menudo frutal, continuó Bonet, el florero, el rostro humano, el cuerpo femenino, su Levante adoptivo, las ciudades visitadas del Viejo y del Nuevo Mundo son algunos de los motivos que Ramos asedia una y otra vez, en una obra intensa, llena de vida, en la que el color es el principal protagonista, un color que vehicula luz, y que lo inunda todo, un color en diálogo siempre con la línea. Su pintura «es renacer, significa continuar celebrando la vida». Se trata, subrayó el comisario, «de un gran maestro del dibujo». Y es que, indicó Martínez, entre Valencia y su Colombia natal, donde están sus raíces, Ramos, concentrado en su oficio, y ajeno a las etiquetas, se ha afianzado como una voz singular y fuera del tiempo. Por su parte, Gómez destacó que el pintor es «un murciano más y se trata de un lujo y un privilegio poder contar con una obra llena de color, dinamismo y alegría, que tanto se necesita en estos tiempos». Esta exposición llega a Murcia tras haber recorrido Valencia, Palma de Mallorca, Madrid y Alicante.