Diseño
Las aplicaciones aterrizan en la TV
La palabra «smart» (inteligente en inglés) ha sido la más escuchada en la gran feria europea de la electrónica de consumo (IFA). Los modelos de televisores más innovadores ya no se limitan a ofrecer una ventana al entretenimiento a través de una serie de canales, multiplicados por la llegada de la TDT.
El televisor reforzará su papel como auténtico rey de la casa, gracias a las posibilidades de internet, pues no es lo mismo el cómodo sofá del salón y 42 pulgadas de pantalla que el escritorio y su ordenador. Así que lo que se ha producido es una fusión de la red de redes y la antaño llamada «caja tonta» que no se limita a que podamos navegar a través de la televisión. No es esa la idea. Los fabricantes se han lanzado a una carrera vertiginosa para que sus teles cuenten con el mayor número posible de aplicaciones como las que tenemos en un teléfono inteligente.
En la feria, los grandes del sector presumen estos días de contar con el modelo más interactivo o con los mejores «partners» para estar en su televisión. Ya es posible descargarse todo tipo de aplicaciones de uso cotidiano, por ejemplo, redes sociales como Twitter o Facebook o accesos directos a las informaciones de los grandes medios de comunicación. Sin ir más lejos, la coreana Samsung ha llegado a acuerdos con el Real Madrid, la Filarmónica de Berlín o You Tube, que pondrá a disposición de los televidentes una serie de vídeos en tres dimensiones.
A demanda del consumidor
Otras grandes marcas no se han quedado atrás. Sony va de la mano con Google en esta nueva etapa, donde también hay cabida para los juegos o contenidos audiovisuales a los que acceder a demanda del consumidor. Por ejemplo, Canal Cocina o el Canal Historia –y por supuesto las cadenas generalistas, como Antena 3– están a golpe de mando a distancia. Sin embargo, no se trata de ver la programación que emiten, sino de acceder a contenidos concretos de su programación como el último capítulo de nuestra serie favorita, una receta de cocina o un resumen con los goles del partido de España. Otra opción es un programa para hacer deporte desde casa con un entrenador personal que nos guía en el ejercicio. Sin olvidar el popular Skype, para hablar con alguien que se encuentra en el otro extremo del planeta. Todo ello, y si no, la idea no funcionaría, desde una pantalla-menú sencillo y accesible para personas no familiarizadas con el mundo digital.
Parece claro que quien descuide la creación de contenidos interesantes se quedará fuera de juego. Quizá por ello LG, Philips y Sharp han anunciado un acuerdo para definir patrones comunes en sus «smartTV», es decir, para hacer que las aplicaciones o programas funcionen en los modelos de cada una de las marcas. Para ello han creado un software común de desarrollo para que terceros puedan trabajar en «apps» (como se llaman en los móviles) que funcionen para las tres marcas y que tengan una mayor difusión en beneficio del autor de la misma.
Algunos analistas ven cercano (pues todos los nuevos modelos vienen con estos sistemas) un horizonte en el que, mediante la aplicación creada para restaurantes o pizzerías sea posible –y habitual– reservar una mesa o encargar comida a través del mando de la televisión, algo que desde el ordenador, tableta o móvil no entraña ninguna dificultad.
Además, disfrutar de esta sobredosis de entretenimiento sin límites no está vetado a quienes tengan un televisor (algo) más antiguo, pues existen adaptadores, reproductores blu-ray u otros dispositivos que, conectados a la tele, permiten acceder a esta nueva era digital.
¿Una pantalla transparente?
Además de la fiebre de las aplicaciones, la feria IFA no ha dado la espalda al 3D, pero sí llama la atención la aparición de los primeros modelos que consiguen la tercera dimensión sin necesidad de utilizar las incómodas gafas. Pero entre las miles de pantallas que pueblan los muros del recinto ferial no pasa desapercibido este curioso televisor transparente de la marca china Haier.
No está en las tiendas, sólo es un prototipo, pero este televisor traslúcido es una prueba de cómo cambiará la tecnología en un futuro cercano con luces LED, como las que ahora inundan el mercado por su calidad de imagen y bajo consumo, pero en este caso orgánica . Son ejemplos de la velocidad a la que se suceden las innovaciones
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