Elecciones autonómicas

«Pokemon» remata al PSdeG

Pachi Vázquez no remonta las acusaciones de corrupción y entierra al partido con uno de sus peores resultados electorales

El ex ministro José Blanco dijo que los gallegos «acertarán con la decisión que tomen»
El ex ministro José Blanco dijo que los gallegos «acertarán con la decisión que tomen»larazon

Madrid- Era, aunque suene a tópico, la crónica de una derrota anunciada. Exceptuando el bastión de O Carballiño –su localidad natal, en la que, con el 98,5% escrutado, perdía frente al PP por 11 puntos–, pocos confiaban en las expectativas reales de Pachi Vázquez en estas elecciones. Y, tras la derrota, acabó pidiendo «una profunda reflexión» en la formación que dirige además de poner su cargo a disposición del partido después de garantizar al electorado que «estará trabajando donde nos ha puesto la ciudadanía». A ella también se refirió cuando acudió a votar por la mañana: «Los ciudadanos aciertan siempre», espetó, casi a modo de justificación. Con estas declaraciones en el aire, los gallegos no tardaron en demostrarle que sí, son soberanos, y que, además, han querido revalidar su confianza en Feijóo.

Pachi Vázquez tampoco lo tenía fácil y se lo jugaba todo en un pulso desigual: frente a él tenía a un candidato a la permanencia que, en una época en la que se cuestiona la confianza en la clase política, cuenta con el aval de ser un gestor solvente con las cuentas saneadas.

Cierto es que, al margen de la calidad de sus rivales, en su frustrada carrera a la presidencia de la Xunta, Vázquez también tuvo que luchar contra sus propios fantasmas. Apuntalado en la política local, –abandonó su escaño en el Parlamento gallego sólo dos años después de haber sido elegido–, en 1995 se hizo con la alcaldía de O Carballiño y durante una década se desenvolvió con comodidad ligado a la rutina municipal, algo que no le permitió estar en la primera fila del partido, al menos, hasta su regreso al ámbito autonómico en 2005. Ese año, fue elegido parlamentario por Orense y acabaría al frente de la Consejería de Medio Ambiente en el Gobierno bipartito presidido por Emilio Pérez Touriño. Su otro fantasma. Y no sólo por el fiasco que supuso el Gobierno de coalición para muchos gallegos –lo demuestra el batacazo electoral de 2009–, sino también por su precipitado ascenso a la secretaría general del PSdeG como único candidato a la espera de alternativas. Revalidó el cargo por la mínima este año frente a Elena Espinosa. Pero la «operación Pokemon» y las acusaciones de corrupción que sobrevolaron su mandato acabaron de hundir su confianza.
 

PERFIL por Esther L. Palomera
Vázquez: una solución transitoria
De no haberse adelantado las elecciones gallegas, Manuel «Pachi» Vázquez no hubiera sido nunca candidato por el PSdeG. Dos ex ministros aspiraban a arrebatarle el cartel electoral y, de haberse celebrado las primarias que truncó Alberto Núñez Feijoó con la convocatoria anticipada, desde luego, uno de ellos, José Blanco, las hubiera ganado de calle. Y entonces, sostienen en el PSOE, el resultado de anoche hubiera sido muy distinto al que finalmente cosecharon los socialistas gallegos. Pero eso ya no lo sabremos nunca. Aún así cuentan en la calle Ferraz que no fue la crisis, ni los recortes, ni el temor al desgaste del PP, sino el nombre de Blanco el que «envenenaba los sueños» del presidente de la Xunta de Galicia porque manejaba encuestas que le situaban en una delicada situación electoral si su oponente hubiera sido el ex todopoderoso número dos del socialismo español. Nadie sabe si es leyenda o realidad. Pero lo cierto es que pocos, muy pocos confiaban en el PSOE en las posibilidades de Vázquez en esta batalla en la que Alfredo Pérez Rubalcaba se jugaba casi más que este gallego de demostrada perseverancia, pero sin carisma y sin pedigrí en el partido.

Si algo no se le puede negar, sin embargo, es estar siempre en el lugar adecuado en el momento oportuno porque si al cartel electoral llegó por casualidad, a la secretaría general del PSdeG, fue de carambola. Y es que al día siguiente de que el anterior presidente de la Xunta, el socialista Emilio Pérez Touriño, reconociera su derrota electoral y anunciara su retirada de la primera línea, Pachi Vázquez (O Carballiño, Orense, 1954), fue designado «por imperativo legal» de José Blanco, número uno del PSdeG para que pilotara la transición hasta que el partido se recuperara del fuerte varapalo. Los barones del socialismo gallego aceptaron la imposición porque se «vendió» como transitoria.

Hasta entonces había sido consejero de Medio Ambiente en la Xunta que gobernó el bipartito y, antes, alcalde socialista de su pueblo. Pero este médico de profesión nunca negó que antes de pedir el carné en el PSOE, flirteó con el CDS, un «pecado» por el que algunos aún le hacían pagar penitencia en las filas de su partido, donde siempre se cuestionó su permanencia en el cargo. Pero él aguantó carros y carretas, incluso que, otra vez José Blanco, improvisara en un par de semanas una candidatura alternativa a la suya encabezada por Elena Espinosa en el congreso regional del pasado marzo. Ganó a la ex ministra por poco margen, pero ganó. Su lema hasta anoche pudo ser «el que resiste gana»... gana, claro, hasta que las urnas le colocan el cartel de perdedor. Vázquez no superó anoche su última reválida. Hasta ahora vencía por que resistía. El socialismo gallego no le permitirá resistir más.