Alimentación
Un casi pan con pan por Miguel Ángel Almodóvar
La Comisión Europea, avisada y alarmada por la epidemia de obesidad, especialmente infantil, y el creciente abandono de hábitos nutricionales saludables que se cierne sobre la población de muchos de sus países, ha decidido prohibir, a la mayor brevedad posible, el añadido de azúcares a los zumos de fruta o limitar éstos a los «néctares». La medida suena a lógica elemental si se considera que la fruta, rica en su propio azúcar, la fructosa, no necesita de más añadidos que harían bueno el refrán de pan con pan, comida de tontos, pero el caso es que una gran mayoría del zumo envasado tiene de fruta más bien poco, a lo que se suma, o casi mejor se resta, el dato de que sólo un misérrimo veintidós por ciento de los consumidores sabe distinguir entre zumo concentrado, zumo envasado y néctar de frutas. En todo caso, lo mejor y más saludable, más allá de la obviedad del zumo natural y recién exprimido, es que las etiquetas del envase estén muy pero que muy claritas.
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