Murcia
Rinconete y Cortadillo
Está claro como el agua del Trasvase. Si Cervantes tuviera que buscar inspiración para escribir la edición digital de las Novelas Ejemplares, se quedaría en el Congreso de los Diputados. Hasta Belén Esteban es más legal que algunos de los que ayer dejaban la baja médica para acudir con el acojono a votar tijeretazo. Y en medio de este gran teatro del mundo, Rodríguez Rinconete, el gran trilero apoya los cubiletes del engaño en un cartón de Fortuna –de mala fortuna-, y se solaza junto a su gancho Pepe Cortadillo Blanco, escondido tras un montón de adetos que son una panda de inetos, incapaces de explicar concetos tan sencillos como por qué le siguen dando calabazas a una Región como Murcia, que no ha hecho otro mal que no quererlos votar ni en pintura. Estos tahúres con pinta de bandidos no serán nunca Fendetestas, sino Algarrobos de patilla espesa y diente de oro. Estos cuatreros de la promesa, juegan a las cartas que les sirven desde Alemania y América, piden con seis y se plantan en dos, porque apuestan con dinero que no es suyo. Y mientras lo pierden todo, acusan al prudente de ser facha y poco progre. Y si no, ¿cómo van a aplicar una política diferente los que han defendido con tanto ahínco políticas que han sido un fracaso?. No me fío un pelo. Así que vuelvo a pedir que regrese aquella sana y democrática costumbre de dimitir, para convocar elecciones cuanto antes, que el solar patrio necesita ilusión de las gordas para regresar a los números positivos y, de paso, si hubiera suerte, ganar el Mundial, que eso sería el acabose, oye. Rinconete y Cortadillo nos observan desde su fría atalaya. Algún Ministro tiembla al pensar en el palo que le van a dar a su patrimonio. Los sindicatos amagan. La ilustre fregona trata de sacarle brillo al engaño. Ya no somos nadie. Ni en Eurovisión, que nos gana hasta Azerbaiyán. Por favor, que haya alivio y vuelva Abba.
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