La Rioja
Un etarra admite en un vídeo que iba a «secuestrar y ejecutar» a un edil del PSE
Arkaitz Goikoetxea, jefe del «comando Vizcaya», declaró ayer en la Audiencia Nacional. No dijo nada –se negó a responder a las preguntas formuladas por el fiscal Vicente González Mota y la acusación popular, ejercida por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)– pero en la sala se pudo ver por primera vez en la historia de la institución un vídeo en el que el juez Baltasar Garzón le lleva al lugar donde ETA tenía un «zulo» y le interroga
Tras encontrar un maletín con sustancias como morfina, válium y glucosa, y ser interpelado sobre su contenido, Goikoetxea contesta que era para «tranquilizar». Acto seguido admite a preguntas del magistrado que tenían previsto llevar a cabo un secuestro, y concreta el lugar exacto: «En Eibar». «¿A quién?», pregunta Garzón. «A un concejal socialista», responde, aunque dice no recordar el nombre. ETA le había hecho un seguimiento y sabía que era director de un instituto, que «tenía una hija y estaba casado», y contaba con escolta.
El magistrado continúa: «¿Qué idea teniáis con él?». «Secuestrar», dice el etarra. «¿Y?», insiste Garzón. El pistolero, sin pestañear, contesta que «ejecutar». A la pregunta de por qué no lo hicieron, simplemente responde que, tras las múltiples vigilancias efectuadas sobre su objetivo entre octubre y diciembre de 2007, no se llevó a cabo porque «no había posibilidad de hacerlo». La orden, dice, partió de Garikoitz Azpiazu, «Txeroki». La identidad del edil socialista en el punto de mira de los etarras corresponde a Benjamín Atutxa.
Después, Goikoetxea dijo ante el tribunal que «lo que se ha visto en el vídeo es exactamente la misma declaración que un día antes» hizo en sede policial. «Si no decía lo mismo, sabía que podía tener algún tipo de consecuencias»
Luego admitió los distintos atentados que perpetró el «comando» entre agosto de 2007 y febrero de 2008, entre los que cita el de la casa cuartel de Legutiano (Álava) –en el que falleció Juan Manuel Piñuel–, el de Calahorra (La Rioja) –en el que indica que usaron 110 kilos de explosivo– y el del Club Marítimo El Abra (Getxo), en el que hicieron estallar 120 kilos de explosivo.
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