Vuelve la España de la pandereta

La España de la pandereta, un retrato de nuestra sociedad típico de la cultura de los años sesenta, vuelve a la gran pantalla con esta nueva adaptación del clásico de Pedro Muñoz Seca. José Frade, productor de numerosas cintas del «landismo», propuso esta vuelta de tuerca al director José Luis García Sánchez, que recibió la idea con «estupefacción». «Supongo que parpadeé varias veces y le advertí de mi catadura ideológica», asegura el realizador. Con todo, aceptó dirigir lo que se ha convertido en «Don Mendo Rock, ¿la venganza?». «Estoy convencido de que en mayo de 1808, tras los fusilamientos, la gente en España ya estaba celebrando algo», añade.

Eso sí, quería a Alonso de Santos y a Kiko Veneno en su equipo para «recrear un arte popular español riquísimo que conduce siempre a la risa». El músico aceptó ocuparse tanto de la banda sonora como del texto junto a Alonso de Santos: «La vergüenza a mi edad ya brilla por su ausencia», explica Veneno. «Componer música de situación hubiera sido un reto. Pero, en este caso, sólo tuve que dejarme guiar por las situaciones», dice el músico, que define el texto original como «una de las comedias más divertidas del teatro español», y que ya había sido revisionada por Fernando Fernán Gómez en 1961. La película se centra en los preparativos de un pueblo para representarla y, así, intentar suavizar los conflictos entre la Guardia Civil, los inmigrantes chinos y los gitanos. «El texto original es un punto de referencia por la parodia y porque la gente se siente lista viéndola», afirma García Sánchez.

Paz Vega, Manuel Bandera, Antonio Resines, María Barranco, Fele Martínez y Elena Furiase encabezan el reparto coral de la cinta, que se acaba convirtiendo en un musical. «A los actores siempre nos gusta dar la nota, aunque si tuviera que ganarme la vida cantando me moriría de hambre», advierte Paz Vega, quien luce un avanzado embarazo en la cinta. Todo ello, explica José Luis García Sánchez, «con unas circunstancias históricas que parecen propicias: catástrofes financieras, racismo, paro… Ya que no podemos ser felices, hagamos como que lo somos. O sea, volvamos al carnaval, ese invento para defenderse del miedo, los desmanes, de los tiranos y de los gilipollas». Pues eso, la España de la pandereta.