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La ONU y el Papa condenan los «absurdos» atentados contra iglesias de Nigeria

Tras la cadena de atentados contra distintas iglesias en Nigeria, la comunidad internacional ha continuado mostrando su repulsa. El Papa Benedicto XVI ha condenado los "absurdos"atentados perpetrados en el territorio africano y ha pedido a los católicos que recen a Dios para que "pare las manos de los violentos", mientras que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado "enérgicamente"unos ataques que se han saldado con la vida de más de 30 personas.

El Vaticano fue el primer estado en pronunciarse tras los atentados. El portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, condenó el domingo los ataques: "Desgraciadamente este caso es una nueva muestra de la crueldad y del odio ciego y absurdo que no muestra ningún respeto por la vida humana y busca provocar y alimentar más odio y confusión".

A las palabras de Lombardi se han unido este lunes las del Sumo Pontífice, que ha calificado de "absurdos"los atentados y ha pedido a los católicos que recen a Dios para que "pare las manos de los violentos"que "siembran la muerte"y reine así "la justicia y la paz"en el mundo.

Durante el rezo del Angelus con ocasión del día de San Esteban, el Papa ha expresado su "sincera y afectuosa cercanía"a las familias de las más de 30 personas fallecidas en los ataques, que fueron reivindicados por la secta Boko Haram y que pretende implantar una versión más radical de la sharia.

Además, el Papa ha destacado que "la violencia es un camino que conduce solamente al dolor, a la destrucción y a la muerte"mientras que "la reconciliación, el respeto y el amor son el camino para conseguir la paz". Así, el Pontífice ha hecho un llamamiento "a todos los componentes sociales"para que "se alcance la seguridad y la serenidad"en el país.

Por otra parte, ha recordado que San Esteban fue el primer cristiano que "recibió de Dios el don del martirio"y ha destacado que "en los tiempos de mayor persecución"los mártires "animan a los que buscan la verdad a convertirse al Señor".

Finalmente, Benedicto XVI ha subrayado que "también hoy la sincera adhesión al Evangelio puede exigir el sacrificio de la vida". En este sentido, ha declarado que "muchos cristianos en diferentes partes del mundo están expuestos a persecuciones y a veces al martirio", aunque ha precisado "quien habrá perseverado hasta el final será salvado".

Otra de las reacciones tras el ataque ha sido la del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, que ha expresado "su solidaridad y sus condolencias al pueblo de Nigeria y a las familias que han perdido a sus seres queridos"en el crimen.
Asimismo, el surcoreano ha reiterado su llamamiento "al fin de todos los actos de violencia sectaria en el país"y "su firme convicción de que ningún objetivo puede justificar el recurso a la violencia".

En la misma línea se ha situado el Gobierno español, liderado por Mariano Rajoy. En una nota del Ministerio de Asuntos Exteriores, el nuevo Ejecutivo mostró el lunes su "profundo pesar"y su "condena"por la "oleada"de atentados del domingo, que "se suman a la abominable actividad que viene llevando a cabo en los últimos meses la organización terrorista Boko Haram".

"España ofrece sus sinceras condolencias al presidente y al pueblo de Nigeria, así como a la familia de las víctimas. El Gobierno español expresa su solidaridad y apoyo al pueblo de Nigeria en su lucha contra el terrorismo y en su determinación en perseguir a los autores de los atentados", rezaba el comunicado.

Las firmes posturas del Papa, el secretario de Naciones Unidas y España se unían a las ya trasladas por Francia y Reino Unido el domingo. Nicolás Sarkozy, presidente galo, también condenó estos "actos de violencia"con la "máxima firmeza"y expresó su "solidaridad"con Nigeria en "su lucha contra el terrorismo". En un comunicado difundido por el Elíseo, el mandatario francés reiteró su apoyo a la "consolidación de la democracia y del Estado de derecho en todo el territorio nigeriano".

También el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague, tachó de cobardes estos ataques y destacó que los objetivos fueron "familias reunidas en paz y oración"que querían celebrar un día, el de Navidad, "que simboliza armonía y bondad hacía los demás". "Ofrezco mis condolencias a las familias de las víctimas y a los heridos", aseguró la nota.

Frente a las condolencias por parte de la comunidad internacional, también han existido reproches dentro del territorio africano. Muhammadu Buhari, expresidente de Nigeria, ha criticado este lunes que su país no tiene líderes competentes para acabar con los problemas de seguridad después de los fuertes ataques.

Buhari, que dirigió el país desde enero de 1984 hasta agosto de 1985 con apoyo de los militares, ha reprochado en un comunicado la falta de respuesta y la indiferencia que ha mostrado el Gobierno ante el crimen. "¿Cómo es posible que las autoridades del Vaticano y de Reino Unido hablen antes que el Gobierno de Nigeria de los ataques producidos en el interior del país que han provocado la muerte de nuestros ciudadanos?", preguntó el expresidente en la nota.

"Esto se debe claramente a un fallo en el liderazgo en un momento en el que el Ejecutivo necesita convencer a la gente de su capacidad para garantizar la seguridad en el día a día", comentó el expresidente, que pidió que el Ejecutivo destinase más dinero a la seguridad.
En cuanto a los atentados, el primero y más grave ocurrió en la iglesia de Santa Teresa de Madala, una localidad situada a las afueras de la capital nigeriana, Abuya. Nnana Nwachukwu, uno de los testigos, confirmó que el artefacto no estaba situado en la iglesia sino en una carretera cercana.

"Estábamos en la iglesia, con mi familia, cuando escuchamos la explosión. Salí corriendo y ni siquiera sé dónde están ahora mis hijos ni mi esposa", indicó otro testigo, Timothy Onyekwere.
Horas después de este primer ataque, una fuerte explosión sacudió la iglesia de Montaña de Fuego y los Milagros en Jos, en el centro del país. Precisamente en esta ciudad, la Policía localizó otros dos artefactos que fueron desactivados y por los que arrestó a un hombre en calidad de sospechoso.

De igual modo, un tercer atentado golpeó otro templo de la localidad de Gadaka, situada en el estado de Yobe, en el norte de Nigeria. Finalmente, la cadena de ataques la completaron dos explosiones en la ciudad de Damaturu, en el noreste del país, según informaron habitantes de la zona.