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Romney busca su consagración

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STAFFORD (VIRGINIA)- A Toni Redfern, de 50 años, le cambió la vida en un mes. Vivía en California. Ella y su marido tenían cada uno un trabajo con muy buen sueldo en la industria del automóvil. Y en pocos días vieron el negocio irse al traste. Después perdieron su casa y las facturas se empezaron a acumular. Con cuatro hijos en la universidad, apenas tuvieron tiempo para lamentarse. Su marido empezó a buscar un nuevo empleo, pero los pocos que le contestaron le dijeron que estaba demasiado preparado. Su anterior ocupación fue de presidente de una compañía. En cambio, Toni Redfern asegura que «a él no le hubiese importado coger un trabajo como vendedor de coches y empezar de nuevo. Necesitaba algo. Pero nadie le quería», recordaba ayer, durante la jornada del «Supermartes», donde decidieron candidato republicano los votantes de diez estados. Los republicanos eligieron en los «caucus» de Alaska, Idaho, Wyoming y Dakota del Norte, donde el congresista Ron Paul desarrolló una buena organización. Mientras, en los estados del sur (Georgia, Oklahoma, Tennessee y Virginia) se dibujaron diferentes escenarios. El ex portavoz de la Cámara de Representantes Newt Gingrich hizo campaña sin descanso en Georgia, considerado su estado natal. En las encuestas, los votantes de Oklahoma y Tennessee, muy religiosos, se decantaron por Rick Santorum. En Virginia, las encuestas se escribieron con el nombre de Romney como ganador. Se esperaba que también ganase en Massachusetts, donde fue gobernador, y Vermont, otro estado de Nueva Inglaterra.

Tras enviar más de cien currículos, Toni Redfern y su marido se mudaron a Virginia, donde su marido encontró un puesto en la Asociación Nacional del Automóvil. Ayer, la estadounidense votó a Romney porque «cree que EE UU es una gran compañía a la que hay que dar la vuelta. Tiene experiencia en los negocios, vi lo que hizo en Utah con las Olimpiadas, sabe cómo equilibrar el presupuesto y eso es precisamente lo que necesitamos. Estoy cansada de toda esta pelea absurda sobre cosas que no importan, como las cuestiones sociales», indica Toni Redfern, que se ha acercado al colegio HH Poole para votar. Hace pocos minutos se acaba de acercar Lisa Johnson, de 52 años.
Ha venido con su hijo de 19 años, que es la primera vez que ejerce su derecho al voto. La estadounidense tiene otros dos hijos de 34 y 10 años. Asegura que está preocupada por el futuro de ellos ante la marcha económica. «Me considero una persona muy conservadora. He votado por Romney. Creo en los valores cristianos con los que fue fundado este país. Me gusta también Santorum, pero es demasiado emotivo y no es presidencial. Creo que Romney no es tan cercano. Pero no me parece que sea un problema». Este político tiene más aceptación entren la clase alta y educada, mientras que Santorum conecta más con las personas de ingresos bajos y sin estudios.
Estos días han luchado a brazo partido por los votantes «blue collar» (cuello azul, en referencia a las personas que llevan mono de trabajo), sobre todo en Ohio, clave para alzarse con la nominación.

Al profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Richmond Daniel Palazzolo no le cabe duda de que el mormón se alzará con la candidatura republicana. Sólo resta saber cuándo. «Cuando miramos al Partido Republicano, nos hallamos con tres claves: economía, seguridad nacional y cuestiones sociales. Vemos que el historial político de Romney ha sido inconsistente», dice. Romney puede encontrar la clave que unifique a estos votantes si sabe cómo convencer a todos aquellos que quieren a Barack Obama fuera de la Casa Blanca.