Inflación
El BCE abre la puerta a una rebaja de tipos
Los países periféricos se encomendaron a Jean-Claude Trichet en busca de dinero más barato, pero el BCE rige la política monetaria de otros nueve estados que, de momento, no quieren rebajas de tipos en la eurozona.
En cualquier caso, el dirigente francés dejó claro que el precio del dinero no subirá más allá del 1,5% al no existir presiones inflacionistas relevantes, y abrió la puerta a un posible recorte si la situación no mejora en el corto plazo.
El discurso de Trichet cambió, y aunque no reconoció que quizá se equivocó con las dos subidas consecutivas de tipos de interés realizadas por la institución en este ejercicio (abril y julio), sí admitió que su preocupación por la inflación ya no es tan grande y que la situación parece controlada.
Un trabajo «impecable»
Es más, el dirigente galo no dudó en «tirar flores» a la labor del BCE. «No es por casualidad que hayamos conseguido esta estabilidad de precios», señaló, para después añadir que «hacemos nuestro trabajo de manera impecable, y no es un trabajo fácil. En la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, hemos mantenido la confianza en la divisa», indicó.
Así, la lucha contra la inflación pasa ahora a un segundo plano, gracias a la acción del organismo, y la principal preocupación del BCE es ahora la «elevada incertidumbre» que pesa sobre la economía de la eurozona. De esta forma, cierra un capítulo para abrir otro, un movimiento que los analistas interpretan como un guiño a los que piden una rebaja del precio del dinero en la eurozona.
De momento, el BCE mantiene su plan de compra de bonos en el mercado secundario con el fin de limitar el castigo sobre la deuda de los países «que no se han comportado apropiadamente y no han sido cuidadosos», según las palabras de Trichet. Además, la institución seguirá inyectando capital en el mercado y ayudando a las entidades financieras si lo necesitan. «Si nos hemos embarcado en el programa de compra de deuda pública es por razones de política monetaria», añadió.
Por otra parte, y según estaba previsto, la institución rebajó sus previsiones de crecimiento para la zona euro siguiendo la estela del resto de organismos internacionales. El BCE pronostica ahora un crecimiento económico para este año de los países que comparten el euro de entre el 1,4% y el 1,8%, lo que supone una media del 1,6%, en comparación con el 1,9% pronosticado en junio con una horquilla de entre el 1,5% y el 2,3%, informa Efe. Además, la inflación de la zona euro se situará este año entre el 2,5% y el 2,7%, lo que supone una media del 2,6%, tal y como había augurado en junio.
Los mercados acogieron las palabras de Trichet con optimismo, aunque en un primer instante los índices cayeron. Finalmente, los inversores dieron por buena la que probablemente sea la última rueda de prensa del dirigente galo tras un Consejo de Gobierno del BCE.
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