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Maria Dueñas: «No hago deporte pero me doy unas caminatas larguísimas»

Maria Dueñas: «No hago deporte, pero me doy unas caminatas larguísimas»
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-¿No sintió vértigo al empezar a escribir «Misión olvido» después de vender bastante más de un millón de ejemplares con su primera obra?
-Intenté tomarlo con sosiego porque sabía que la presión no me llevaba a ningún sitio. Prefiero trabajar con mis ganas, mi ilusión y mi saber hacer y, luego, que los lectores decidan, ya queda en sus manos.

-Dice que su libro es un tributo a las segundas oportunidades. ¿Por qué?
-Porque así se ve en la propia experiencia de los protagonistas. Blanca Perea es una mujer a la que conocemos en mitad de una crisis y consigue recomponerse y caminar hacia la luz. Demuestra que las segundas oportunidades hay que afrontarlas como un nuevo regalo de la vida.

-En «Misión Olvido» se producen muchos saltos en el tiempo. ¿Sobre qué época le costó más trabajo escribir?
-La acción de la novela transcurre en nuestros días y, lógicamente, fue la que menos me costó; las demás, los años de preguerra, los cincuenta y la época de las misiones en California me han obligado a un trabajo de documentación intenso, pero me resulta entretenido porque me gusta investigar, no sólo en los acontecimientos históricos sino en la parte más costumbrista de la época.

-¿Cómo lleva la promoción de sus dos libros a la vez?
-Es una locura, pero estoy contenta. En el extranjero voy de la mano de la modista, del protectorado y de los espías, y aquí me acompañan los franciscanos, California y los hispanistas, un lío. Cualquier día se me va la cabeza y termino mezclándolos a todos.

-¿Cómo lleva el tema de las comidas con tanto jaleo?
-Mal, seguro que acabo con un par de kilos más porque no paro de comer en todas partes. Como todo el mundo te trata muy bien, te quieren agasajar y a mí me encanta, no sé decir que no.

-Pero usted está delgada, ¿luego cómo los pierde?
-No hago deporte, pero ando mucho, me doy unas caminatas mañaneras larguísimas, me coloco mis zapatillas, me pongo mi radio y tiro monte arriba. Así ando una hora a buen ritmo. Y ¿sabe? La aprovecho mucho porque combino el ejercicio con la actualidad que me da la radio y la corrección mental que hago de lo que escribí el día anterior. Lo cierto es que me cunde mucho.