Frente impopular por Pilar Ferrer

Lo que le faltaba a Andalucía. La frase de Javier Arenas durante el patético debate de investidura de José Antonio Griñán pone de relieve la grave situación de una comunidad autónoma en cabeza del paro, la corrupción y todo tipo de desmanes. Para mantener su poltrona, el nuevo presidente de la Junta se ha entregado de plano a Izquierda Unida, guardiana de un programa político más propio del antiguo Berlín oriental, que de la Europa actual. Un pulso ganado sin esfuerzo por Diego Valderas, ese onubense carente de formación intelectual, que será el número dos del gobierno andaluz y que mandará sobre la seguridad del territorio como consejero de Gobernación.

Qué tremendo espectáculo ver a comunistas de pro al frente de las consejerías más inversoras. Fomento y Turismo, ahí queda eso.

La primera, en manos de una cordobesa polémica y radical, burlona de símbolos como la bandera y las tradiciones religiosas. La segunda, para un veterano militante del Partido Comunista malagueño. El auténtico espejo económico de Andalucía, tierra turística dónde las haya, será gestionado por un hombre a quien los empresarios y hoteleros del sector reciben con pavor. Una factura que Griñán puede, con el tiempo, pagar muy cara. Y también, los ciudadanos andaluces.

Esta especie de frente popular, que recuerda el «guerracivilismo» de otras épocas, va camino de ser todo un frente bien impopular. Es decir, un ramillete de políticos para hundir todavía más la ya denostada comunidad andaluza.

La rendición del PSOE ante IU es un acto vergonzante, que vulnera los datos de las urnas y es utilizada por Alfredo Pérez Rubacalba como ariete contra Mariano Rajoy. Con total y cicatera irresponsabilidad.