Getafe
Castro el «ecolo-Geta»
El alcalde de Getafe se opone a penalizar a los coches diésel y se salta su norma contra el ruido. Utilizó el mégáfono de su vehículo electoral pese a que lo ha prohibido hasta la campaña
MADRID- Cuando el pasado mes de febrero, Madrid registró altos niveles de contaminación, el alcalde de Getafe fue uno de los primeros que pidió medidas urgentes como la restricción del tráfico rodado en la capital. Pedro Castro abrazó la causa ecologista hasta que se conoció que una de las estaciones de medición que registró picos de alta contaminación en dióxido de nitrógeno (NO2) se encontraba en el municipio que gobierna desde hace 27 años. A Castro tampoco le paró a la hora de dar consejos a Madrid, el hecho de que él en Getafe hubiera cambiado la ubicación de una estación de medición del aire: la que estaba en la plaza de Alcalde Juan Vergara, a la piscina de Getafe Norte junto al Coliseum y la ciudad deportiva de Getafe Norte, según denunció UPyD del municipio.
Pero lo cierto es que no es la primera vez que el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias exige al resto algo que él no cumple. Así sucedió con la contaminación y ha sucesido con la ordenanza de Medio Ambiente que aprobó en 2004. Y es que el «alcalde de los alcaldes» ha prohibido al resto de partidos políticos repartir propaganda y usar «elementos sonoros, como megáfonos, fuera de la época electoral», o lo que es lo mismo, hasta que comience la campaña el próximo el 6 de mayo. Sin embargo, según ha denunciado UPyD, el vehículo electoral del PSOE ha circulado por todo el municipio utilizando la megafonía, como demuestra la imagen tomada el pasado viernes, día 25, en el que Castro presentó su candidatura en el Conservatorio de Música de Getafe, acto en el que estuvo acompañado por el candidato del PSM a la Comunidad, Tomás Gómez, y por la ministra de Fomento, Carme Chacón.
El candidato deUpyD en Getafe, José Luis Morato, aseguró que el vehículo electoral pasó en repetidas ocasiones por la puerta de la comisaría de la localidad sin que ningún agente le sancionara por incumplir la ley. «Ésta es la manera de tratar al adversario político y de gobernar de quien piensa que la ciudad es suya. Sus leyes son para quienes no son sus amigos», aseguró.
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