Francia

El parón de ETA

La Razón
La RazónLa Razón

Ocupados como estamos en especular sobre los planes de ETA y las posibilidades de llevarlos a cabo, no hacemos el suficiente hincapié en la eficacia de la política policial española, que es la primera de las causas por las que la banda ha anunciado eso a lo que pomposamente llama «tregua» y que no es más que un «parón técnico» que arrastra desde enero por su simple incapacidad para asesinar. Si a la «política penitenciaria y judicial del Gobierno» hay que ponerle toda clase de pegas, para la labor del Ministerio de Interior en la lucha antiterrorista, del CNI y de las Fuerzas de Seguridad del Estado, no caben más que elogios. Gracias a esa labor, ETA se halla en un momento de debilidad sin precedentes desde la última etapa de Aznar y probablemente en peor situación que entonces, entre otras cosas porque los nacionalistas no están hoy en el Gobierno vasco.


Gracias a la labor policial, en Francia caen los jefecillos de ETA y sus alevines andan desesperados por los montes con su mochilita y sin pasta, dudando entre entregarse o pegarse un tiro mientras limpian el arma. Conviene recordar que la grandilocuente «tregua» es eso, desesperación ante todo porque le falta todo: dinero, gente preparada, expectativas institucionales… Conviene recordarlo para no darle nada de eso y no estropear con la «política política» lo conseguido con «la política policial».