Hostelería

Lujo colonial con pinceladas balinesas al abrigo del Teide

Frente a La Gomera y al abrigo del Teide, el Gran Meliá Palacio de Isora se abre al océano y propone al viajero un descanso de cinco estrellas en el que no falta detalle: Yhi Spa, piscina de agua salada, cinco restaurantes a la carta... 

Lujo colonial con pinceladas balinesas
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Miramos al frente y el omnipresente océano Atlántico acapara el horizonte, sólo roto por la esbelta silueta de la isla de La Gomera. Si echamos la vista atrás, la majestuosa figura del Teide. Al suroeste de la isla de Tenerife, tumbados en una cómoda hamaca y acariciados por el cálido sol y la agradable brisa del mar, la sensación de puro descanso invade al viajero que se aloja en el Gran Meliá Palacio de Isora. Y no es de extrañar, pues este cinco estrellas gran lujo cuenta con todos los ingredientes necesarios para que las vacaciones resulten inolvidables para el cuerpo y el espíritu.Diseñado por el arquitecto Álvaro Sans y rodeado por plataneras, identidad de la isla, el establecimiento es de los que dejan huella, incluso para los viajeros más «expertos». El secreto está en la perfecta combinación de detalles coloniales, que muestran el carácter tinerfeño, con suaves pinceladas procedentes de Bali que trasladan al huésped al lejano oriente.Una cúpula de plataUn crisol de colores, texturas y sensaciones que confluyen en una armoniosa fusión donde el lujo también se deja sentir en una cúpula de plata, en cada patio y en cada plaza y tras las columnas blancas que sustentan, poderosas, un palacio abierto al mar que se adivina como el mejor anfiteatro para disfrutar de Tenerife. Aunque no hay mejor lugar para contemplar el atardecer que el interior de la piscina salada de 5.000 metros cuadrados, un auténtico balcón al océano que recibe el nombre de «infinity» y que cuenta con 80 camas de agua en su interior.Dotadas de todas las comodidades, las habitaciones del Gran Meliá Palacio de Isora llaman la atención por su refinada decoración, a base de muebles elaborados en caoba y acabados en granito. Radio despertador, aire acondicionado controlado individualmente, zona de estar con sofá, terraza privada o balcón, conexión a internet WiFi, albornoces y zapatillas, minibar, caja fuerte y teléfono son algunas de las comodidades que permiten al huésped sentirse, si cabe, mucho mejor que en casa. Incluso, si se opta por determinadas suites, puede beneficiarse del servicio de habitaciones 24 horas, jardín y piscina privada, carta de almohadas y menú especial de aromaterapia.El lujo también se mide en la gastronomía, de ahí que la oferta culinaria del Gran Meliá Palacio de Isora incluya seis restaurantes de alto nivel. Mención especial merece Calima, bajo la batuta del chef Dani García. Los amantes de la cocina creativa no deben faltar a esta cita. Los más clásicos pueden optar por el Club Ocean, restaurante a la carta que ofrece gastronomía italiana, o por Pangea, alta cocina internacional que se muestra en oasis temáticos diseñados para sorprender, cada día, con una propuesta diferente. Para algo más informal, Market Grill, al aire libre y situado junto a la piscina, propone una variedad de snacks durante el día y carnes y pescados al grill durante la noche.Tres canchas de tenis, otras tres de pádel, zona de tiro con arco, bicicletas de spinning y una pista multiuso son algunas de las alternativas para los que quieran practicar deporte. Pero si lo que busca el huésped es relajarse al máximo, su hueco está en el Yhi Spa, un centro de 2.000 metros cuadrados y con fascinantes vistas al océano concebido para lograr el relax en cuerpo y mente, así como un «health club» y un Eco Spa que ofrece siete «Asiatic Palapas» donde disfrutar de tratamientos y masajes al aire libre.