Los estudiantes encerrados en la UB abandonarán hoy el rectorado

BARCELONA- La calma volvió ayer a los pasillos de la Universitat de Barcelona (UB). Tras dos días de encierro de un grupo de estudiantes en el vestíbulo del rectorado, las pancartas alusivas a la «Universidad en lucha», y algunas pintadas en el muro del centro, eran el único vestigio del pulso que los estudiantes mantenían con el gobierno universitario y con los Mossos d'Esquadra. Los colchones se retiraron del suelo y la mesa de la comisión de cocina funcionaba a medio gas.
Apenas doce estudiantes se sentaban en corrillo en una asamblea de la comisión de contenidos. La protesta estudiantil se había desinflado. ¿El motivo? En la asamblea nocturna del jueves por la noche, la mayoría del centenar de asistentes aprobó abandonar el encierro hoy por la tarde. Lo hacían tras dialogar con el rector, Dídac Ramírez. La universidad ofreció a los jóvenes la posibilidad de anular la petición de desalojo -que el rector emitió a los Mossos pocas horas antes-, a cambio de que los estudiantes se comprometieran a abandonar el edificio voluntariamente el sábado por la tarde. La decisión no parecía gustar a todos. «Yo hubiese preferido seguir con el encierro, pero la mayoría lo ha votado y hay que aceptarlo», lamentó David.
Desde la UB, el secretario general, Jordi Garcia, explicó que, pese a no manenter negociaciones con los ocupantes en si, recibieron la noticia de que prevén marcharse hoy por la tarde, por lo que confían en que no se produzca ningún desalojo hasta entonces, aunque avisó de que «nadie puede pedirle a la policía que no actúe». Poco después, y en rueda de prensa, el director general de la Policía Autonómica, Manel Prat, garantizó que los agentes no intervendrán hasta pasado hoy por la tarde.