Miedo y/o cabreo por Ely del Valle

Dicen que mientras prevalece el miedo sobre el cabreo, la calle no es un problema. El problema empieza cuando es el malestar colectivo el que supera al miedo.
España está hoy en el punto intermedio. Hay miedo a que la prima de riesgo no tenga techo porque se nos dijo que rebasando los 300 puntos llegaba el caos y ahora pasa del doble; miedo a una intervención que nos haga más pobres; miedo a dejar el euro porque no sabemos tampoco lo que nos pasaría sin él; miedo a perder el puesto de trabajo –quien lo tenga– porque para esa avería ahora no hay repuesto, y miedo en general a que tengamos que asomarnos tanto al abismo como para que nos succione su fuerza de gravedad que, visto lo visto, es gravísima.
Y hay cabreo: hacia los bancos que pasarán a la Historia como los estrategas de la crisis; hacia Angela Merkel, y su preocupante tendencia a contemplar como crece su ombligo, y hay sobre todo desconfianza hacia los políticos: hacia unos por ponerle empeño a que estemos como estamos, hacia otros porque optan por la agitación cuando menos se necesita, y hacia los que mandan porque la mayoría les votó en la confianza ciega de que con ellos estarían a salvo. Y esto sí que es preocupante porque son ellos quienes al final van a tener que sacarnos de ésta.
Un país que reniega de sus líderes está predestinado a ser presa de inestables gobiernos de coalición, y sinceramente, es lo único que nos faltaba. ¿Un acuerdo de no agresión política hasta que estemos a salvo?, ¿una especie de pactos de la Moncloa anticrisis?, ¿un gabinete de emergencia desde el que se emita un único mensaje? Sinceramente, no tengo ni idea, pero algo habrá que inventarse, digo yo.