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Felicidad incompleta por Javier G Ferrari

La Razón
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El Atleti no termina de estar todo lo fino que se debería esperar y ayer se le escaparon tres puntos de los que, sin duda, nos acordaremos cuando la temporada termine. La primera parte en Mallorca fue de continuo bostezo y en cuatro minutos del arranque de la segunda, dos golpes de suerte despertaron a los rojiblancos, pero no lo suficiente. Falcao no puede fallar un penalti, aunque luego consiguiera un gol de auténtica artesanía que, al final, no sirvió de nada. El Mallorca pareció cogerle la medida al equipo del «Cholo» desde los primeros minutos y hubo fases del partido en las que los seguidores volvimos a sentir ese nudo en el estómago que provoca la impotencia de la que en tantas ocasiones han hecho gala los jugadores que se visten la camiseta colchonera. Esa sensación fue seguramente mayor porque tres días antes habíamos visto a un Atleti brillante y dominador que llevó a los turcos de pitón a pitón en su propio campo y les endosó tres goles para el recuerdo. Ayer volvió a flojear el centro del campo y a Falcao apenas le llegaron balones para aprovechar su genialidad en el área. El tiempo se va acabando y con él la esperanza de estar entre los cuatro primeros en el mes de mayo. Ojalá me equivoque.