Crisis política en Italia

Italia sigue en su laberinto

Pese a que Berlusconi supera in extremis la moción de confianza, su Gobierno tiene los días contados

Berlusconi supera la cuestión de confianza en la Cámara de Diputados
Berlusconi supera la cuestión de confianza en la Cámara de Diputadoslarazon

Una vez más, Silvio Berlusconi ha demostrado que es un superviviente. En la votación de confianza celebrada ayer en la Cámara de los Diputados, su Gobierno consiguió mantenerse en el poder al lograr 316 votos a favor y 301 en contra. Los parlamentarios que votaron fueron 617 de los 630 que componen el aula. Se trata de una victoria numérica pero no política, pues la mayoría parlamentaria es tan exigua (la mitad más uno de los escaños de la Cámara) y son tantas las grietas del Ejecutivo, que es poco probable que el primer ministro italiano agote la legislatura y aguante hasta 2013, cuando están previstas las próximas elecciones.

La incertidumbre rodeó a la moción de confianza. Aunque en un primer momento los hombres de «Il Cavaliere», el Pueblo de la Libertad (PDL), daban la prueba por superada, la anunciada defección de varios diputados de sus filas hizo aumentar la angustia. La oposición, además, maniobró para invalidar la votación al no presentarse a la primera llamada. Sin embargo, los diputados del Partido Radical, que el jueves ya rompieron con el resto de opositores al no secundar la espantada general de la Cámara cuando habló Berlusconi, volvieron ayer a hacer de las suyas y sí votaron en el primer turno, lo que hizo que la moción fuese considerada válida según el reglamento.

El primer ministro celebró el resultado y aseguró que realmente cuenta con el apoyo de 318 diputados, ya que dos de sus correligionarios no pudieron acudir a votar. También cargó contra la estrategia de la oposición para intentar que la moción no alcanzase el número mínimo de sufragios necesarios. «Han errado en sus cálculos utilizando viejos trucos del más siniestro parlamentarismo y ofreciendo una imagen sobre la que los italianos reflexionarán. Hemos desbaratado su emboscada», dijo «Il Cavaliere».

El resultado de ayer supone un pequeño balón de oxígeno para Berlusconi. Podrá seguir gobernando, pero deberá mover ficha para garantizar su continuidad. Ha de hacer algo, y pronto, si no quiere que se produzca una nueva fractura en su partido.

Los alrededor de 30 diputados que forman parte de la corriente crítica liderada por el ex ministro Claudio Scajola le exigen que apuntale el Gobierno con la entrada de nuevos aliados.

La formación centrista UDC, dirigida por Pier Ferdinando Casini, sería el socio natural, aunque no parece tener ningún interés en abandonar la oposición para prolongar la vida de este Ejecutivo moribundo. Casini aseguró que su partido está «preparado» para acudir a las urnas y afirmó que si Berlusconi piensa que con 316 votos se pueden «resolver los problemas, significa que estamos ante el último mohicano». El dirigente centrista explicó cuál es, en su opinión, la estrategia del primer ministro después de la victoria «pírrica» de ayer: «Su objetivo es seguir adelante durante unas semanas para disolver luego el Parlamento y convocar elecciones en los primeros meses de 2012».

El líder de la oposición, Pier Luigi Bersani, manifestó que el Gobierno «morirá de confianza» y que después del resultado de la moción la «alternativa se ha reforzado». El análisis de la votación era bien distinto en el PDL. Angelino Alfano, secretario del partido, dijo que el Gobierno es hoy «más fuerte que antes». «Salimos reforzados, ahora hay que seguir adelante con las reformas», apuntó.

La de ayer es la segunda moción de confianza que supera el Ejecutivo de «Il Cavaliere» en esta legislatura, después de la que se celebró el pasado mes de diciembre. Como ocurrió entonces, también ayer cientos de manifestantes protestaron contra el Gobierno frente a la Cámara de los Diputados, lanzando huevos contra su sede y cortando el tráfico en la adyacente vía del Corso.


200.000 euros por un voto
Los diarios italianos recogen que en la Cámara de los Diputados se ofrecieron hasta 200.000 euros a los parlamentarios de la oposición para que rompieran con sus partidos y apoyaran en la moción a Berlusconi. Aunque ayer superó la votación de confianza, «Il Cavaliere» no tuvo éxito con su campaña de compras e incluso perdió a cuatro de sus correligionarios, tres de su formación y el cuarto de una agrupación afín. Fabio Gava, uno de los díscolos, justificó su decisión haciendo equilibrismo verbal: «Lo hago por afecto a Berlusconi». Otro de ellos, Luciano Sardelli, también apeló a los sentimientos.