Lucha contra ETA
Ideas que matan
Todo el mundo condena, como no puede ser de otra forma, la carnicería de Breivik. Sin embargo son muchos los que comparten unas ideas que incitan al odio y a la discriminación, algo que nuestro código penal recoge como delito. Concretamente el artículo 510 alude a penas de cárcel si existe discriminación o violencia por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, raza, origen nacional, sexo, orientación sexual, enfermedad o minusvalía. Quienes defienden ideas patrióticas como la pureza de la raza, o nacionalismos excluyentes, independentismos… quizá no quieran que sus principios tomen un cariz criminal, pero lamentablemente ha resultado así a lo largo de nuestra historia. Tanto la extrema derecha como la extrema izquierda han protagonizado episodios tan terroríficos como el provocado por el execrable asesino noruego. La realidad es que un sentimiento victimista, de injusticia o una ferviente necesidad de imponer determinado orden, conduce a los exaltados tanto de un extremo como de otro, a esparcir su malestar matando o mutilando a quienes nada tenemos que ver con su insatisfacción. En España conocemos bien esta situación que sólo entiende de largas condenas y una contundente respuesta social unánime. Como la que está demostrando Noruega, que incluso se plantea más años de cárcel para el infame. Aquí, sin embargo, se habla de excarcelaciones y de tapar un chivatazo que permitió seguir financiando atentados.
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