Arganzuela
Bienvenido Madrid Río: El sueño hecho realidad
Un eje vertical de espacios verdes y ocio cruza Madrid paralelo al Manzanares. Muchos madrileños ya lo están disfrutando, pero será el próximo 15 de abril cuando Madrid Río esté listo por completo y se pueda comprobar el resultado final de la rehabilitación de las márgenes del río.
Desde el Puente de los Franceses hasta la Caja Mágica se extiende un paseo con carril bici que permite el acceso entre barrios que años atrás quedaban incomunicados y divididos por carreteras. Han desaparecido los miles de coches que cada día atravesaban la M-30 y, ahora, a lo largo de Madrid Río reina el silencio y el aire limpio. Y este cambio, del que se beneficiarán todos los madrileños y visitantes, lo han notado de manera especial los vecinos de la zona. No hay más que acercarse a ellos para comprobar lo que opinan sobre el nuevo espacio.
«Nos parece fantástico lo que ha hecho Gallardón con el río», comentaban dos mujeres de mediana edad. «Han merecido la pena estos años de obras, porque ahora podemos pasear y cruzar de un lado a otro del Manzanares», añadía una de ellas. Efectivamente, el proyecto destaca por la desaparición de las kilómetricas carreteras y la ampliación de las zonas verdes propicias para los deportistas, para quienes ya no existen obstáculos. Frente al emblemático Puente de Toledo, en la margen izquierda del río, una familia pasea con su hija y a pesar de que «se me han hecho muy largas las obras, estamos muy contentos. El resultado es insuperable y ha desaparecido el ruido de los coches», explicaba el padre de familia. A lo largo del paseo son muchos los espacios habilitados para el deporte y liberados del tráfico gracias al soterramiento de la M-30. Sin ir más lejos, en el Salón de Pinos se encuentran diez zonas de juegos infantiles para fomentar el deporte entre los más pequeños. Más adelante, un majestuoso brazo de 278 metros de largo dividido en dos partes se presenta como «icono» del proyecto. Obra de Dominique Perrault, el Puente de la Arganzuela se exhibe como la pasarela más impresionante que cruza el río, uniendo los barrios de la Arganzuela y Carabanchel. Una joven publicista observa con detenimiento la obra y subraya que «el proyecto ha dado mucha vida a Madrid, veo mucha gente pasear por el puente. Es realmente impresionante». Y ciertamente, en el interior del primer brazo muchos madrileños estrenaban el puente en bicicleta o a pie.
Mientras, desde el mirador ya se puede contemplar la playa de Madrid, uno de los retos a los que se enfrentaba Gallardón. Situada en el corazón del nuevo parque de la Arganzuela, está formadapor tres recintos acuáticos con forma ovalada. La playa urbana atraerá seguramente a miles de turistas y curiosos, además de ser un lugar óptimo para soportar los cálidos veranos de la urbe.
Además, hay que recordar que este proyecto constituye una prolongación natural del Paseo del Arte y en la rehabilitación de Matadero, ejemplo de la arquitectura industrial madrileña de principios del siglo XX, se encuentra la nueva centralidad cultural del sur, más contemporánea.
Carmen, una vecina de Arganzuela, reconoce que ahora las vistas desde su piso, situado en una sexta planta, son inmejorables». El entorno de Matadero es ahora una tranquila zona de recreo y cultura con la construcción de los puentes gemelos y el Puente de la Princesa, tres de los pasos que redondean las 33 pasarelas del proyecto. La red transversal de pasos sobre el Manzanares que el Ayuntamiento ha creado permite que los distritos de la margen derecha del río se incorporen al área central de la ciudad. También, un ciclista habitual de la zona agradeció la intervención del Ayuntamiento y reiteró que «antes el Manzanares daba pena. Ha sido muy positiva su rehabilitación, porque Madrid necesita más espacios verdes y menos humos».
El proyecto Madrid Río se ha convertido en un gran parque lineal de más de un millón de metros cuadrados de superficie que integra los distritos del suroeste y del centro, enlaza los parques situados en el ámbito, y da lugar a un gran corredor ambiental desde Getafe hasta El Pardo de 3.500 hectáreas, del que forman parte grandes pulmones verdes ya existentes, pero hasta hace poco tiempo inconexos. Entre ellos destacan la Casa de Campo, Parque del Oeste, Campo del Moro, Cuña Verde de Latina, Parque de San Isidro, Parque del Manzanares Sur y Parque del Manzanares Norte. Ahora, es el momento para que los madrileños aprovechen el gran espacio que ha recuperado el Ayuntamiento de Madrid y las nuevas generaciones disfruten del legado. Como dijo el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón en las últimas inauguraciones del proyecto, «el sueño que muchos calificaron de imposible hoy ya es una realidad».
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