Alumnos de la UPV la UJI y la UMH podrán ir a la facultad en Navidad

Valencia- Tres de la Universidades públicas valencianas han decidido no cerrar sus instalaciones en Navidad, tal y como sí hará la Universitat de València (UV).

El pasado viernes, el rector magnífico de la UV, Esteban Morcillo, aseguró que, como medida de austeridad, la Facultad no abriría algunos de sus centros para ahorrar en gastos, tal y como hiciera en agosto y que se tradujo en un ahorro de más de 140.000 euros. Pero la Universitat Politècnica de València (UPV), la Miguel Hernández de Elche (UMH) y la Jaume I de Castellón (UJI) no están dispuestas a que la necesidad de economizar recursos eche el cierre a sus infraestructuras durante el periodo navideño.

Por esta razón, fuentes de la UPV aseguraron a LA RAZÓN que no contemplan esta posibilidad y que los estudiantes «pueden estar tranquilos». En este sentido, afirmaron que ya existe un plan con el que economizar el 20 por ciento de los gastos de funcionamiento de las oficinas de administración y un 15 por ciento de los departamentos y los institutos de investigación.

Asimismo, manifestaron que cerrar las puertas de estos institutos, a los que acuden cientos de profesores y personal técnico, provocaría numerosos «quebraderos» a los que, habitualmente, trabajan allí. Siguiendo con la línea de la Politècnica, la Universitat Miguel Hernández de Elche (UMH) también se sumó a la negativa del cierre de infraestructuras universitarias. Sin embargo, mantienen como objetivo prioritario la aplicación de medidas a corto, medio y largo plazo que racionalizarán el gasto corriente, con el fin de fomentar una cultura eficiente de los recursos.

Por otra parte, la gestión energética llevada a cabo por la UJI en el verano permitió a la institución ahorrar 57.000 euros. Y, aunque las instalaciones de la Facultad ilicitana sí estarán abiertas a los estudiantes, confirman que estas medidas se llevarán a cabo también durante las próximas navidades. Entre ellas, destacan la de limitar a la mitad la potencia y recortar el horario de la climatización en hora y media por la mañana y dos por la tarde y reducir el número de plantas abiertas de la Biblioteca según la ocupación real que se encuentre en el edificio.