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El aumento de la pobreza desborda a Cáritas en 2011
Valladolid- La crisis y el desempleo sigue haciendo estragos en la sociedad. Cada vez son más las familias que carecen de recurso alguno para sobrevivir y que necesitan de la ayuda social de Cáritas para salir adelante.
Desde esta oenegé católica advierten de que la demanda de ayudas económicas y de urgencia se están disparando a lo largo de este 2011 que está a punto de terminar. En los últimos cuatro años esta demanda de urgencia y de servicios de acogida ha aumentado un 40 por ciento en nuestra Comunidad.
Un hecho que, sumado al elevado precio de algunos bienes básicos, como son el pago del alquiler o la hipoteca de una vivienda, los recursos insuficientes con los que cuentan para atender toda la demanda, o que los servicios sociales están derivando a Cáritas numerosos casos de primera necesidad, está obligando a la oenegé católica a cambiar de ritmo sobre la marcha y priorizar cada vez más su asistencia. En Cáritas no esconden su preocupación por todo esto y advierten de que está aumentando a pasos agigantados la demanda que no pueden cubrir. Mientras que en la demanda que sí atienden, las ayudas se han reducido sobremanera.
Los datos de 2011 están elaborándose todavía por las distintas Cáritas Diocesanas de la Comunidad, pero desde la oenegé apuntan que serán algo superiores a los de 2010, donde atendieron a más de 75.000 personas en Castilla y León, entre todos los programa de que disponen. En lo que se refiere a servicios de acogida y atención de necesidades urgentes, en 2010 hubo algo más de 28.000 destinatarios, y en 2011 esta cifra superará con creces los 30.000. Pese a todo, en Cáritas destacan la solidaridad de los castellanos y leoneses y su sensibilidad con la pobreza. Y se felicitan de que, pese a la crisis, los donativos crezcan cada año. En 2010 la cantidad que recaudó Cáritas de donantes superó los 5,2 millones de euros.
Perfiles
Sobre los solicitantes de la intervención de Cáritas, la mayoría son personas e incluso familias enteras que acuden por vez primera afectadas por el paro. También ha aumentado el número de personas en peligro de exclusión pero que lograron reinsertarse en la sociedad y han vuelto a empobrecerse al perder el empleo. Destaca el hecho de que muchas de las familias atendidas son jóvenes, ya que tienen entre 20 y 40 años, así como el aumento de mujeres inmigrantes que están solas y con cargas familiares.
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