Cataluña

Campaña electoral

La Razón
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Cataluña celebrará elecciones dentro de cuatro meses, lo que hace pensar que todos los movimientos políticos en torno a la sentencia del Estatut hay que encuadrarlos en esta coyuntura. Lo normal y democrático hubiera sido que, una vez emitido el dictamen del Constitucional, todos los partidos acataran la sentencia. Pero no ha sucedido así y se ha organizado un movimiento de protesta, natural hasta cierto punto entre los nacionalistas, aunque no es tan lógico que el presidente del Gobierno, en lugar de cerrar el conflicto institucional abierto durante cuatro años, lo vuelva a incendiar y encabece la insumisión institucional para ver si de esta manera puede recuperar ese millón de votos que son para su supervivencia. Y con el fin de sacar rédito político a la nefasta situación de convivencia nacional, no sólo utiliza en beneficio propio un sentimiento legítimo de muchos catalanes, sino que podría llegar a reeditar el pacto del Tinell, si resultara necesario. Montilla ha llegado políticamente muerto a este minuto del partido, lo que de alguna manera le ha obligado a exagerar la nota en una actitud irresponsable que permite a los independentistas de ERC reubicarse, en detrimento de CiU, algo que de rebote le va bien al PSC. Y mientras tanto, en Cataluña el paro sigue creciendo, las empresas cierran, el crédito no llega a las familias ni a las pymes…, pese a que el Estatut lleva años aplicándose. ¿Será que el problema no es el Estatut? Será.