Irak año 0

Hablamos en estas mismas páginas de un fructífero y bendito binomio cinematográfico, el que formaron el director García Berlanga y el guionista Rafael Azcona. Pues bien, salvando todas las distancias imaginables, también los británicos Ken Loach y Paul Laverty han concebido ya un puñado de filmes cuando menos interesantes: «La canción de Carla», «Mi nombre es Joe», «Pan y rosas»... Loach, un realizador tan querido por unos críticos como denostado por otros (dicen que les aburre...), y Laverty son dos tipos muy simpáticos y muy laboristas que suelen concebir el cine como un acto de comunión ideológica y que vuelven de nuevo a sumar fuerzas en la interesante «Route Irish», o el nombre del peligroso camino que une el aeropuerto de Bagdad con la zona internacional de la ciudad. Estamos en la guerra de Irak, y ahondamos en las secuelas que ésta les deja a dos soldados ingleses que trabajan allí como contratistas privados. Tras morir uno en circunstancias extrañas, el otro decide desentrañar las causas de su desaparición. Hay rabia en la película de Loach, un thriller con casi todas las de la ley en el que, sin embargo, siempre intuimos hacia dónde va a inclinarse la balanza. Para lo bueno y lo malo, ha sido toda la vida un tipo así de coherente.

lo mejor:
Mark Womack, el protagonista, que sabe hincarle el diente a este personaje duro y herido
lo peor:
el cine de Ken Loach está tan marcado por su ideología que a veces resulta muy previsible