Grecia

Alfonso Díez admite haber firmado varias renuncias Jesús MARIÑAS

Se asemejó al sueño de una noche de verano, fantasía hecha realidad. Qué buen principio de verano, ni los más viejos recordaban nada similiar. En un tiempo pródigo en eventos donde el «photocall» sólo se alimenta de actores de series, resultó un cumpleaños feliz. Bernadetta Pelatti logró un clima único en el 25 aniversario de «Elle».

La duquesa de Alba y Alfonso, en el aniversario de «Elle»
La duquesa de Alba y Alfonso, en el aniversario de «Elle»larazon

Hubo encuentros y desencuentros como el de Sara Carbonero con Jorge Fernández, una relación tan sólo insinuada antes de Iker. Muy delgada tras las vacaciones brasileñas, acentuó su aire felino bajo una túnica de Blumarine. Noche de ringorrango hasta los pies, con la Duquesa Cayetana –su segundo trasnoche tras el enlace bético de Carmen Solís, se está acostumbrando a dormir tarde porque la vida recomienza– tutelada por Alfonso Díez. Iba impecable y hasta morena. «Pues aún no hemos pisado la playa, sólo bajamos al pilón de Cayetana», me dijo Alfonso. ¿Qué me dice?, le pregunté sorprendido. «Que únicamente nos remojamos en el pilón que hay en Dueñas. Allí no tienen piscina por no alterar la arquitectura. Ya he firmado todo lo que me pusieron delante», añadió. Respiré tranquilo ante lo que sonó a matización, me había puesto en lo peor. Charlé con el sesentón galán, siempre pendiente de su amada, que recibió agasajos varios: desde Cayetano a su hermano Fran –con pajarita desmesurada– y a una Estrella Morente en otra de sus grandes noches evocadoras. Javier Conde coincidió luciendo esmoquin blanco con Berhanyer, mientras José María Manzanares se estilizó con un Armani Privé, que es lo de moda aunque haya cerrado sus tiendas españolas con excepción de una.

La Zunzunegui ya no lo soportaba, todo eran exigencias, y no tenía el respaldo asociado de Ramón Mendoza. Susanna Griso, con un pie en Grecia, impactó bajo un escotadísimo Diane von Fustemberg y Ariadne Artiles se reciñó con pitón rosa firmado por Nicolás Vaudet. Vanessa Lorenzo, en moradas gasas de Dior, sudó emparejada a un Jon Kortajarena en terciopelo gris cuando estábamos ¡a 37 al anochecer! Un delgado Antonio Banderas –ya tengo 51 años, me dijo– coincidió con Almodóvar y Philippe Starck. Astrid Muñoz reapareció en azules, Blanca Romero iba de Oscar de la Renta y Electra Rosellini de Galliano. Rocío Escalona de Manzanares, ya de cuatro meses, acentuó su delicadeza con una evanescente túnica y Eugenia Silva , rotundidad con un Armani un tanto galáctico. Cada día se parece más a su madre, María Antonia Hernández-Mancha. Mientras, Almodóvar fijaba el 2 de septiembre para un nuevo estreno y Banderas, el 6 de agosto para repetir en el Villa Padierna marbellero su fiesta benéfica al alimón con María Bravo y Eva Longoria, que estos días explora Madrid manteniendo su romance con Eduardo Cruz. Duran, pese a los años y el estatus que los separa sin distanciarlos.