Benedicto XVI

El Papa pide a los nuevos obispos que «cultiven» la amistad entre ellos

Benedicto XVI le ha recordado que el prelado "no es un hombre solo"sino que está "insertado en el 'cuerpo episcopal' que se mantiene desde los apóstoles hasta nuestros días".

Benedicto XVI ha recibido este jueves en su residencia de Castel Gandolfo a los participantes a un curso organizado por la Congregación para los Obispos dirigido a los obispos nombrados recientemente, a quienes el Pontífice ha pedido durante su discurso que actúen "en comunión con el Papa y con sus hermanos en el episcopado"y cultiven "la amistad con ellos y con sus sacerdotes".

Además, el Pontífice ha subrayado que "la consagración episcopal"está al servicio "del sacerdocio común de los fieles, de su crecimiento espiritual y su santidad"y ha recordado que "el sacerdocio ministerial tiene el objetivo y la misión de hacer vivir el sacerdocio a los fieles, que participan a su modo al único sacerdocio de Cristo".

"Los obispos tienen el deber de vigilar y actuar para que los bautizados puedan crecer en la gracia y según los carismas que el Espíritu Santo suscita en sus corazones y en las comunidades"ha añadido el Papa. VITALIDAD TRAS LA JMJ

Por otra parte, Benedicto XVI ha recordado a los obispos que "la reciente Jornada Mundial de la Juventud", celebrada en el mes de agosto en Madrid, ha mostrado "de nuevo"la fecundidad "de la riqueza de los carismas de la Iglesia y la unidad eclesial de todos los fieles reunidos en torno al Papa y a los obispos". "Una vitalidad que refuerza la obra de evangelización y la presencia de la Iglesia en el mundo"ha precisado.

El Pontífice ha recordado también que el obispo "tiene el deber de unificar y armonizar la diversidad de carismas"en una "unidad eclesial"y ha precisado que el obispo tiene que favorecer "la reciprocidad entre el sacerdocio jerárquico y el sacerdocio bautismal".
Así, el Papa ha pedido a los obispos que "acogen los carismas con gratitud para la santificación de la Iglesia y la vitalidad del apostolado".

Por último, Benedicto XVI ha invitado a los nuevos prelados a "alimentar con cuidado"la propia vida espiritual y les ha recordado que la oración "debe acompañar su vida apostólica"porque "con el Señor"encontrarán "consuelo y apoyo para su ministerio".