After (noche) vieja

MADRID- Para empezar bien el año hay que comerse doce uvas, llevar ropa interior roja y, ahora, celebrarlo en un «after hours». Estas discotecas que antaño eran el tren escoba de los que nunca se querían ir a casa, se han convertido en el plato fuerte de la programación de festejos de la Comunidad para entrar con buen pie en 2011.

Parece que se hacía corta la noche. Entre las campanadas, las felicitaciones, brindar con cava, las llamadas y mensajes de rigor, encuentra un taxi, que tu vestido o peinado aguante el atasco, entrar en el lugar elegido, dejar el abrigo en el ropero y atravesar las inmensas colas para pedir una copa o ir al baño; te daban las ocho y no te habías ni empezado a divertir. Al menos, es lo que se entiende al comprobar la gran variedad de fiestas que admiten entrada a partir de las ocho de la mañana. Cambia así el modelo tradicional de tomarse un chocolate con churros al amanecer y se cambia por pedirse la copa mientras comienza a desperezarse la ciudad. Entre los que acuden a este tipo de eventos hay, como no podía ser de otra forma, varios tipos de clientes.

Algunos de ellos son los que prefieren pasar la madrugada en algún bar sin problemas ni colas y darlo todo más tarde al entrar en el elegido «after hours». Estos suelen ser los más. Aunque también están los valientes que toman las uvas y al rato se van a la cama para poner el despertador y sin casi echarse nada al cuerpo, se duchan, se visten y se lanzan a celebrar de buena mañana, descansados y sin ojeras. Sea como fuere, esta última moda ha modificado el mapa de la primera noche del año en la región y ha alargado la que es casi por decreto la noche más movida del año.